Editorial Alaire

Tal vez esa ensenada luminosa,
será el redoso plácido en que un día
dará su ancla al fondo el alma mía,
en un atardecer que espera ansiosa.

Añoro tu caricia deliciosa,
dulzor mediterráneo, sinfonía
de céfiro y azul en armonía,
visión en que mi espíritu reposa.

Darío te cantó en su poesía,
Chopin buscó descanso en Valldemosa;
quisiera hallar el mío en tu bahía...

Serás al menos tierra generosa,
mortaja en que abrigar mi carne fría,
eternamente al fin en ti dichosa.

Ángel Sarroca

Hermoso soneto, Angel. Una gran fluidez y esa elegancia a la que ya nos vas acostumbrando. El resultado transmite una suave melancolía, aunando, de ese modo, el fondo y la forma del poema.

Un placer de lectura.

Un abrazo.

Bonita añoranza de la isla de oro, Ángel.
Soneto sentido, muy bien construído, se ve que dominas los 14 versos con esa elegancia que te caracteriza.

Un placer leerte, poeta.

Víctor

Esa hermosa añoranza se revela en estos entrañables versos de calidad y calidez.
Un placer visitar tus letras
Abrazos
Pilar

Un soneto en el que tazas con hermosos versos el paisaje del recuerdo. Me ha gustado mucho venir a tu ventana.
Un abrazo.
Pepa

Soneto magistral en fondo y forma.

un placer leerte, Angel.

Un abrazo

Juan,

Muchas gracias por leerme y por tu siempre amable comentario.

Un abrazo,

Ángel

Aprovecho esta respuesta para aclarar (porque ha despertado alguna duda) que "redoso" es un término naútico (quizás poco común) que se refiere a una zona abrigada de viento y oleaje adecuada para echar el ancla o fondear un barco.

Interesante soneto has escrito Angel. Fue un placer apsarme por tus versos

saludos

rafael

A ver, veamos, Ángel Sarroca.

Precioso soneto continuo nos entregas.
Este final es impagable:

"Serás al menos tierra generosa,
mortaja en que abrigar mi carne fría,
eternamente al fin en ti dichosa".

Recepta de mi parte un cordialísimo saludo.

Victor,

Muchísimas gracias por pasar por aquí y dejar tu amabilísimo comentario.

Un abrazo,

Ángel

Serás al menos tierra generosa,
mortaja en que abrigar mi carne fría,
eternamente al fin en ti dichosa.

Ángel Sarroca

* * *

Hermoso soneto, amigo Ángel,
del que destaco este final y contundente terceto.

Un abrazo.

* * *

Tu poema es belleza pura, Angel. Un placer haberlo leido.

Pepa,

Muchísimas gracias por tu amable comentario y por pasar por aquí.

Un abrazo,

Ángel

Tal vez esa ensenada luminosa,
será el redoso plácido en que un día
dará su ancla al fondo el alma mía,
en un atardecer que espera ansiosa.

Añoro tu caricia deliciosa,
dulzor mediterráneo, sinfonía
de céfiro y azul en armonía,
visión en que mi espíritu reposa.

Darío te cantó en su poesía,
Chopin buscó descanso en Valldemosa;
quisiera hallar el mío en tu bahía...

Serás al menos tierra generosa,
mortaja en que abrigar mi carne fría,
eternamente al fin en ti dichosa.
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Hermoso trabajo, amigo Ángel, que me recuerda a mi tierra. Sí, podrías estar hablando de Mallorca en este soneto monorrítmico en el que dejas detalles muy bellos.
Ha sido un placer leerte. Felicidades, compañero.
Un cordial abrazo.

Guillermo,

Muchas gracias por pasar por aquí y por tu generoso comentario.

Saludos cordiales,

Angel