Editorial Alaire

Río Ebro.

Ese mozo tendido en la pradera
que duerme bajo el sol simple desnudo
lo mismo que un dios joven que domina,
es el Ebro cantar de varonía
grito de España, defensor y escudo,
terco tesón, terca valentía.

No sabe de halago cortesano,
es áspero y feraz, brusco y fuerte,
romance noble y paladín cristiano.
Cuando en peligro lo español se halla,
en medio del combate de la muerte
es como una bandera de batalla.
Con su nombre de sangre nuestra Historia
se ha marcado con huellas de su brío,
capitán de la hazaña y de la gloria,
qué, mientras la ocasión propicia espera,
abandonando el bélico atavío
se tiende como un dios en la pradera.

Carmina.

Un gusto leer tu poesía, me parece muy especial.
Felicidades.

Descansa el Ebro de la batalla de su propio nombre y disfruta
de la tranquilidad de tu magnífico poema. Lejos queda esa batalla de
su cántabro nacimiento, fuente ufana....Fontibre.

un abrazo

Épicos versos bañados con las aguas del río Ebro nos dejas, estimada Carmina.

Un placer pasar por ellos.
Un abrazo.

Me gustan los poemas que cantan a la naturaleza y sus manifestaciones y aquí lo haces con hermosos versos, divinizando al río y dandole personalidad propia. Un placer.
Un abrazo.
Pepa

Me encantó el poema Carmina.

Un abrazo.