Editorial Alaire

Si pronuncio tu nombre yo sé que estás conmigo
te escucho como un eco que vuelve en la distancia.
Si me miras me encuentro y te encuentro nuevamente
envuelto en tu mirada me siento como ausente.

Si me alcanzan tus manos me exhalas a la vida
me recorren tus ansias en mis horas perdidas.
Si me estrechan tus dedos son como un ancla viva
cuando todo es desierto te siento como mía.

Si pronuncias mi nombre te escucho en la distancia
como campanas locas vibrando esta alma mía.
Tu voz es como un eco que llega entre las horas
que respira mi sombra que te busca y te nombra.

Si supieras mis miedos de que nunca regreses
que se instale tu ausencia en un eterno presente.
Que la luz de tus ojos me amarren la mirada
que me cieguen tus besos, que se congele el alma.

Si supieras que siempre te comparto mi tarde
que recorro en silencio las huellas que dejaste.
Que me abrazo a tu ausencia entre mis propios brazos
que siempre te he querido, que nunca te he olvidado.

Estos versos te nombran prendidos de mi sombra
con tinta de mis lágrimas te abraza mi memoria.
Cuando el silencio calle y estos versos se expandan
Sabrás que te he querido... te he amado en la distancia.

He sentido mucha ternura al leerte Horacio, muy emotivo, espero que ella sepa.

un abrazo

Es precioso. Los poemas así son tan acogedores, tan dulcemente musicales que te trasladan a otro tiempo, cuando el amor no era batallar sino acompañarse en la ternura, y bastaba la mano en la mano para tocar el cielo. Perdona, divago cursilona como siempre, pero es tan encantador como uno de Manuel Acuña y no puedo evitar el vuelo al Ideal del amor bonito y consistente que es capaz de ignorar todo escollo.

Gracias por compartirlo, era lo que necesitaba leer esta tarde.

Un abrazo.

Mía escribió:He sentido mucha ternura al leerte Horacio, muy emotivo, espero que ella sepa.

un abrazo

Gracias, Mía por detenerte en estos versos. Yo tambien espero eso. Un abrazo. Horacio

Viví Flores Massares escribió:Es precioso. Los poemas así son tan acogedores, tan dulcemente musicales que te trasladan a otro tiempo, cuando el amor no era batallar sino acompañarse en la ternura, y bastaba la mano en la mano para tocar el cielo. Perdona, divago cursilona como siempre, pero es tan encantador como uno de Manuel Acuña y no puedo evitar el vuelo al Ideal del amor bonito y consistente que es capaz de ignorar todo escollo.

Gracias por compartirlo, era lo que necesitaba leer esta tarde.

Un abrazo.

Viví, gracias por tus palabras amiga. Un poema de amor es siempre edificador. Un abrazo, Horacio