Editorial Alaire

ROBERTO LÓPEZ escribió:

José Manuel Sáiz escribió:
Bonita propuesta tu poema, que me ha transportado a la infancia, a aquella mágica realidad. Recuerdo mi primer reloj. Cuando mi padre le cambió la correa, se me saltaron las lágrimas por la vieja correa despreciada en el cubo de la basura. Es cierto: los juguetes arrumbados son tristes porque han vivido muchas ilusiones en su superficie y ahora yacen en cualquier rincón cubiertos de polvo y olvido. Un abrazo.

José Manuel Sáiz escribió:LAS OTRAS TOYS STORYS

En su día
fueron protagonistas soberanos de un mundo
de juego y fantasía (pero ahora soportan su destierro
en un arcón de trastos olvidados).

En las casas de vez en cuando
alguien sube al desván y mete en bolsas
o en cajas de cartón a un infeliz del que nada
más se sabe, a quien nadie llora y al que jamás
consuelan ni despiden (hace poco
se llevaron de casa de mis sobrinos la muñeca
sin brazos ni cabeza, la oxidada locomotora vieja,
al sheriff sin sombrero y al autómata
de acero desmembrado). Los demás
esperan resignados su momento. Son cientos,
un ejército inmenso y variopinto:
Detrás del dinosaurio, el osito de peluche
añora aquellos tiempos de amparo compartido.
El acróbata hace años que se esconde bajo la carpa
ajada de su circo. Saben
que su protagonismo en esta vida hace mucho
que ha expirado.

No hay nada más injusto que un niño sin regalos.
Y nada tan amargo y triste
que un juguete al que nadie importa.

Queridos Reyes Magos: Sepan
que por cada juguete que duerme en el olvido
no muy lejos
hay un niño que juega con un palo.


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