Sigo mi camino
Publicado: Sab, 29 Dic 2012 14:00
Yo sé que todo es el palpitar de una quimera,
que entre las telarañas del tiempo se irá desvaneciéndo.
Pero aún así necesito seguir labrando retoños de alegría
aunque huérfano mi corazón se agite a la intemperie
en países de lengua extraña y con esas cicatrices
que nos dejan los sueños olvidados.
Todavía siento que se despierta esta carne tibia
como gotas de fiebre que por la piel se derraman,
pero el invierno que fecundó la soledad ya nace,
presiento que su frío me irá royendo igual que la carcoma.
Lentamente me abandono al cansancio del instante,
y a veces desnudo de vida, regreso a la rutina.
Advierto que fragmentos del pasado se hacen patria:
habitan mi niñez y me abrazo al vacío que dejan sus escombros.
Hay días en que ante el espejo busco una mentira urgente
que me ayude a seguir por este largo itinerario, tan sólo
se muestra reflejada, sin máscaras, mi identidad de arcilla
que las manos del tiempo endurecidas han ido modelando.
Ya todo permanece inmóvil, todo enmudece,
como un silencio de siglos que a esta fragilidad invade.
El día se quiebra entre las sombras; destierro de la luz.
Yo sigo mi camino; viajo en los trenes que siempre
con retraso van hacia el futuro. Si quieres me acompañas.
Te dejo un hueco en mi equipaje para que guardes,
igual que yo, retazos de nostalgia y jirones de melacolía.
que entre las telarañas del tiempo se irá desvaneciéndo.
Pero aún así necesito seguir labrando retoños de alegría
aunque huérfano mi corazón se agite a la intemperie
en países de lengua extraña y con esas cicatrices
que nos dejan los sueños olvidados.
Todavía siento que se despierta esta carne tibia
como gotas de fiebre que por la piel se derraman,
pero el invierno que fecundó la soledad ya nace,
presiento que su frío me irá royendo igual que la carcoma.
Lentamente me abandono al cansancio del instante,
y a veces desnudo de vida, regreso a la rutina.
Advierto que fragmentos del pasado se hacen patria:
habitan mi niñez y me abrazo al vacío que dejan sus escombros.
Hay días en que ante el espejo busco una mentira urgente
que me ayude a seguir por este largo itinerario, tan sólo
se muestra reflejada, sin máscaras, mi identidad de arcilla
que las manos del tiempo endurecidas han ido modelando.
Ya todo permanece inmóvil, todo enmudece,
como un silencio de siglos que a esta fragilidad invade.
El día se quiebra entre las sombras; destierro de la luz.
Yo sigo mi camino; viajo en los trenes que siempre
con retraso van hacia el futuro. Si quieres me acompañas.
Te dejo un hueco en mi equipaje para que guardes,
igual que yo, retazos de nostalgia y jirones de melacolía.