11 Aprile 1950
Publicado: Lun, 24 Dic 2012 11:13
1
]...Ogni giorno la breve finestra
s'apre immobile all'aria che tace...
...Cada día la breve ventana
se abre, inmóvil, al aire que calla...
(Tr. J.A. Goytisolo)
Al sentir tu voz ronca tan cerca de mi aliento,
al saber que para siempre te alejabas
supe que no había sitio para mí en esta calle,
en este turbio hotel de pequeñas ventanas.
No me puedo alegrar de haber roto el silencio,
el cielo azul celeste oculto en tu mirada,
el cabello alentado por los expresionistas
no serían para mí que los reverenciaba.
2
Manía de soledad
El amor siempre lejos, esquivo, angustiado.
Tantos años cuidando la lira en extremo,
traduciendo en la sombra versos de madrugada,
y ahora se me rompen los hilos de tu encanto
cuando marchas segura al tren que nos separa,
cuando la primavera asoma en los andenes
y cómicos errantes vagan por estaciones,
el alma se me hunde ebria en la soledad
de siglos que corroen, se agolpan, desesperan.
en pórticos y estancias, arcadas y recuerdos.
3
Primera Guerra
Para vivir en mí un encuentro pasado
tengo que atravesar la calle de tu infancia,
lejos, con otro acento y otras preocupaciones.
Mi tierra maltratada
por hierro y cañones, tan lejos de la tuya
donde crecían los trigos limpios sin primavera.
Aquí las pesadillas eran el patrimonio
de locos que luchaban y minaban los montes
sin ninguna esperanza de hallar al enemigo.
4
Segunda Guerra
Tu non sai le colline
dove si è sparso il sangue.
(Cesare Pavese)
No conoces los montes
donde corrió la sangre.
(Traducción; José Agustín Goytisolo)
Para cuando me muera, tendido en mi sudario
se apagará conmigo
el muchacho que tiembla en la colina
con el polvo cegándole los ojos,
el horror de los pasos que se acercan
y las frases solemnes en las temibles
rampas angostas de un gigante que no siente.
La pólvora y la muerte elevadas
a un ritual de honor y de conquistas
y un himno alentando la barbarie
con los cuerpos desgarrados en la niebla.
Arrinconados, en la altura
enrarecida de los montes Dolomitas,
el amor que esperaba y no me diste,
las cartas sin remite que nunca me enviaste,
y caricias que tendrían otro destino
mïentras
el silencio y la noche mordían con su abrazo
mi alma en la litera
y ardía el mundo de los tiernos y de los tristes
devastado por los celos de la espera que no muere.
5
Epílogo
En el amplio salón donde actuabas
las cortinas cubrían la luz de aquella tarde,
¿Por qué sería tan tímido? ¿Por qué no te abordaba?
Aquel miedo al rechazo tan áspero, tan mío,
hizo que se enfriaran los roces primigenios.
La dulce avenida del enamoramiento
se teñía de gris por no saber hollarla,
y yo me maldecía por haber convertido
en nube aquel encanto,
en sueño el desvarío.
El 11 de Abril de 1950 se produjo la última ruptura amorosa del poeta y escritor italiano Cesare Pavese. Constance Dowling, así se llamaba la actriz americana de la que se enamoró, no haría olvidar a Pavese del que fue el gran amor y la gran decepción de su vida; “la mujer de la voz ronca y dulce que no vuelve del silencio, Battistina Pizzardo”, pero pudo haber sido una tabla a la que asirse para combatir su asumida manía de soledad.
El poema lo escribí el 11 de Abril de 2011 (excepto el cuarto fragmento, dos o tres días más tarde) después de leer un artículo en un periódico en el que se reflejaba que esta ruptura fue el último desencadenante del trágico final del poeta. Me precipité y el poema “Primera Guerra” arrastra un problema de consistencia por ello; supuse que Constance era una niña cuando su país entró en la contienda, y, en realidad, no había nacido aún. De todas formas decidí dejarlo porque se mantenían la intención y los motivos con los que estaba escrito ; dos países que entran tarde y vencen en la misma guerra, uno, Estados Unidos, sale moralmente reforzado como primera potencia, el que ha hecho bascular una contienda incierta hacia el triunfo de las "democracias" sobre los viejos imperios. Además disputa la guerra lejos de su territorio (por supuesto que pierde hombres y es doloroso que no se mencione mucho este detalle en comparación a como se celebra lo conseguido), el otro sufre la devastación en su propia tierra, un número de víctimas muy elevado, la pobreza, el conflicto social y la degradación moral que dejará el terreno abonado para el advenimiento del fascismo, hecho trascendental en la trayectoria vital de nuestro poeta.
]...Ogni giorno la breve finestra
s'apre immobile all'aria che tace...
...Cada día la breve ventana
se abre, inmóvil, al aire que calla...
(Tr. J.A. Goytisolo)
Al sentir tu voz ronca tan cerca de mi aliento,
al saber que para siempre te alejabas
supe que no había sitio para mí en esta calle,
en este turbio hotel de pequeñas ventanas.
No me puedo alegrar de haber roto el silencio,
el cielo azul celeste oculto en tu mirada,
el cabello alentado por los expresionistas
no serían para mí que los reverenciaba.
2
Manía de soledad
El amor siempre lejos, esquivo, angustiado.
Tantos años cuidando la lira en extremo,
traduciendo en la sombra versos de madrugada,
y ahora se me rompen los hilos de tu encanto
cuando marchas segura al tren que nos separa,
cuando la primavera asoma en los andenes
y cómicos errantes vagan por estaciones,
el alma se me hunde ebria en la soledad
de siglos que corroen, se agolpan, desesperan.
en pórticos y estancias, arcadas y recuerdos.
3
Primera Guerra
Para vivir en mí un encuentro pasado
tengo que atravesar la calle de tu infancia,
lejos, con otro acento y otras preocupaciones.
Mi tierra maltratada
por hierro y cañones, tan lejos de la tuya
donde crecían los trigos limpios sin primavera.
Aquí las pesadillas eran el patrimonio
de locos que luchaban y minaban los montes
sin ninguna esperanza de hallar al enemigo.
4
Segunda Guerra
Tu non sai le colline
dove si è sparso il sangue.
(Cesare Pavese)
No conoces los montes
donde corrió la sangre.
(Traducción; José Agustín Goytisolo)
Para cuando me muera, tendido en mi sudario
se apagará conmigo
el muchacho que tiembla en la colina
con el polvo cegándole los ojos,
el horror de los pasos que se acercan
y las frases solemnes en las temibles
rampas angostas de un gigante que no siente.
La pólvora y la muerte elevadas
a un ritual de honor y de conquistas
y un himno alentando la barbarie
con los cuerpos desgarrados en la niebla.
Arrinconados, en la altura
enrarecida de los montes Dolomitas,
el amor que esperaba y no me diste,
las cartas sin remite que nunca me enviaste,
y caricias que tendrían otro destino
mïentras
el silencio y la noche mordían con su abrazo
mi alma en la litera
y ardía el mundo de los tiernos y de los tristes
devastado por los celos de la espera que no muere.
5
Epílogo
En el amplio salón donde actuabas
las cortinas cubrían la luz de aquella tarde,
¿Por qué sería tan tímido? ¿Por qué no te abordaba?
Aquel miedo al rechazo tan áspero, tan mío,
hizo que se enfriaran los roces primigenios.
La dulce avenida del enamoramiento
se teñía de gris por no saber hollarla,
y yo me maldecía por haber convertido
en nube aquel encanto,
en sueño el desvarío.
El 11 de Abril de 1950 se produjo la última ruptura amorosa del poeta y escritor italiano Cesare Pavese. Constance Dowling, así se llamaba la actriz americana de la que se enamoró, no haría olvidar a Pavese del que fue el gran amor y la gran decepción de su vida; “la mujer de la voz ronca y dulce que no vuelve del silencio, Battistina Pizzardo”, pero pudo haber sido una tabla a la que asirse para combatir su asumida manía de soledad.
El poema lo escribí el 11 de Abril de 2011 (excepto el cuarto fragmento, dos o tres días más tarde) después de leer un artículo en un periódico en el que se reflejaba que esta ruptura fue el último desencadenante del trágico final del poeta. Me precipité y el poema “Primera Guerra” arrastra un problema de consistencia por ello; supuse que Constance era una niña cuando su país entró en la contienda, y, en realidad, no había nacido aún. De todas formas decidí dejarlo porque se mantenían la intención y los motivos con los que estaba escrito ; dos países que entran tarde y vencen en la misma guerra, uno, Estados Unidos, sale moralmente reforzado como primera potencia, el que ha hecho bascular una contienda incierta hacia el triunfo de las "democracias" sobre los viejos imperios. Además disputa la guerra lejos de su territorio (por supuesto que pierde hombres y es doloroso que no se mencione mucho este detalle en comparación a como se celebra lo conseguido), el otro sufre la devastación en su propia tierra, un número de víctimas muy elevado, la pobreza, el conflicto social y la degradación moral que dejará el terreno abonado para el advenimiento del fascismo, hecho trascendental en la trayectoria vital de nuestro poeta.