UNA LINEA MÁS
Publicado: Mar, 11 Dic 2012 10:07
Perdido en los estantes del olvido
intento cada noche recorrerte,
acariciar el pulso contenido de los días
en que tu voz bañaba las orillas
de los pasos ausentes de la memoria.
Intento escribirte de nuevo
la historia interminable del sentido pretérito,
el camino gastado de las palabras
y las sombras calladas del recuerdo
detenido en los reproches acumulados
de la cobardía.
Amanece cada día tu figura
diluida entre las nieblas mudas
del sentimiento alejado en el tiempo que existimos,
en los abrazos ocultos y las miradas vacías,
en las alas rotas y los pasos perdidos,
en los vinos amargos y las noches quebradas.
Y yo intento arrancarle la vida a las palabras,
sentir que aún recuerdo tu inocencia,
una mirada dulce,
algún sonido en las catacumbas de los soles apagados,
un arroyo vivo que lance tu nombre
a los mares dormidos de la tormenta callada,
una palabra tuya,
un abrazo lento como tu boca,
una ropa cargada de recuerdos,
una línea más,
un lamento menos,
un lecho donde dejar para siempre
los pasos perdidos.
Duelen las heridas líneas del verso esta mañana
y, sin embargo,
fiel a la distancia de tu olvido,
he matado mi llanto en la ilusión inútil de tenerte
y escribo una vez más
esperando que regreses a mi historia,
que vuelvas a escribirme realidades
e imaginemos juntos que alguna vez quisimos.
intento cada noche recorrerte,
acariciar el pulso contenido de los días
en que tu voz bañaba las orillas
de los pasos ausentes de la memoria.
Intento escribirte de nuevo
la historia interminable del sentido pretérito,
el camino gastado de las palabras
y las sombras calladas del recuerdo
detenido en los reproches acumulados
de la cobardía.
Amanece cada día tu figura
diluida entre las nieblas mudas
del sentimiento alejado en el tiempo que existimos,
en los abrazos ocultos y las miradas vacías,
en las alas rotas y los pasos perdidos,
en los vinos amargos y las noches quebradas.
Y yo intento arrancarle la vida a las palabras,
sentir que aún recuerdo tu inocencia,
una mirada dulce,
algún sonido en las catacumbas de los soles apagados,
un arroyo vivo que lance tu nombre
a los mares dormidos de la tormenta callada,
una palabra tuya,
un abrazo lento como tu boca,
una ropa cargada de recuerdos,
una línea más,
un lamento menos,
un lecho donde dejar para siempre
los pasos perdidos.
Duelen las heridas líneas del verso esta mañana
y, sin embargo,
fiel a la distancia de tu olvido,
he matado mi llanto en la ilusión inútil de tenerte
y escribo una vez más
esperando que regreses a mi historia,
que vuelvas a escribirme realidades
e imaginemos juntos que alguna vez quisimos.