Editorial Alaire

Yo conozco a ese hombre.
Un hombre,
que ve como se mueren sus victorias
sobre la espuma rota,
a la vista del mar.

Él es aficionado a la felicidad,
un paisaje sacado de los cuentos de niño;
el agua sin urgencia
de un manantial dictado por la naturaleza,
una visión que ordena su vida con la vida.

Educado hace años
en pasear los pies por una misma playa,
para vivir al margen de todo lo previsto.
Haciéndose mayor en un placer urbano
y así llegar después donde él solo no llega.

Revindica el derecho
a lavarse las manos en un agua sin dueño,
al trabajo escondido de preparar la noche
donde solo se escuche el viento del pulmón.

Como la paz, escribe canciones de inmediato
con letras de progreso,
pero no se acomoda a vivir en su cuerpo
si no le queda tiempo
de amanecer con alguien.
Y luego se acostumbra, así,
como uno más junto a los otros,
y tiene ese temblor desafligido
de aquellos hombres que temen hacer daño.

Resulta un ser gigante
entre la soledad de las caricias,
y tiene la impaciencia arrepentida
de esas palabras que jamás se dijeron
cuando más se quería.

Pero nunca se cansa de desear el cielo,
de consumir el aire
cuando viene cargado de desgracia.

Yo conozco a ese hombre,
pero no se quien es,
ni tú tampoco.

Ah, Manuel, de nuevo el efecto de tus letras cae despacio, como gotas de buena lluvia.

Hay imágenes colosales repartidas con justicia a lo largo del poema. El final, un golpe blando, casi necesario, terriblemente bello.


Ya sabes, en estos casos, la lectura termina en ovación, compañero. Cerrada y sostenida.


Salud!!!!


Hallie


PD: el título me hizo recordar Un hombre, de Oriana Fallaci, destino y carne hechos historia.

Atrapa seguir a ese hombre misterioso. Un placer leerte
Abrazos
Pilar

Hallie, es un gusto estar entre poetas como tú que viven la poesía como la vivo yo, y tiene un lenguaje poético tan inteligente como el tuyo.
Te agradezco mucho tu bello comentario, y aplaudo tu facilidad para escribir bien.
Un fuerte abrazo

Un poema muy valiente, amigo Manuel, porque toca fibras muy delicadas y comprometidas, porque en ellas nos vemos reflejados muchos indolentes de la aburguesada clase media.

No se..... quizá algún día despertaremos.

Un abrazo

Pilar, agradecido por tu comentario.
Un fuerte abrazo

.



Gran poema, Manuel. Diseccionas hasta definir perfectamente. Es un poema hondo que toca las fibras y deja pensativo.
Un abrazo desde el Sur. Enhorabuena por este magnífico trabajo.


.

J.J.M, muchas gracias por tu lectura. " Quizás algun dia despertaremos".

Un fuerte abrazo

Veo en el magnifico poema ese sentir autobiográfico
que se cuela en los versos del poeta.

Un aplauso a este estupenda forma de de decir.

Un abrazo

Si es usted ese hombre espero que esas gigantescas soledades de caricias desaparezcan.
Siempre usted con su gran obra que llega al lector, le dejo saludos y bendiciones.

Victor, te agradezco mucho tu amable comentario. Hace muy poco que estuve en Sevilla: una tierra donde siempre disfruto.
Muchas gracias y un fuerte abrazo.

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Guillermo muchas gracias, amigo. Bueno, es inevitable siempre algo de biografía en la obra creativa, aunque se trate de evitar.
Un fuerte abrazo.

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Bueno Blanca, yo quiese decir que se agiganta a solas con las caricias, pero quizás se pueda leer como tú lo has leido.
Un abrazo muy fuerte amiga

Escribas como escribas, y uses la métrica que uses Manuel, siempre es un placer el beber de la fuente de saboduría que da la edad y por ende la experiencia.
Un abrazo.

Eeeeeeeeeeeeh, me has llamado viejo, por casualidad?.............
Pues tienes razón. Pero no lo sufiente para dejar de escribir, ja, ja, ja.
Bueno, muchas gracias por tu lectura y tus simpáticas palabras.
Un abrazo

La conciencia siempre llama dos veces o más y bien que lo dices en tu hermoso y aleccionador poema, amigo Manuel.
Ha sido un placer leerte. Felicidades.
Un cordial abrazo.

Sí, Rafael, este es un poema de conciencia, o mejor sobre la conciencia.......un poema confesional, sobre la intimidad del individuo y su ignorada humanidad.
Gracias por tus palabras y un fuerte barazo