Sidney Keyes - Poeta de guerra
Publicado: Sab, 08 Dic 2012 12:33
Sidney Keyes (1922 -1943) murió durante una incursión en la guerra de trincheras en Túnez poco antes de cumplir veintiún años. Su poema Poeta de guerra (War Poet) pasa por ser uno de los grandes poemas que se han escrito en tales circunstancias, en él, a pesar de la tradición militar de su familia, el poeta hace un hermoso canto en contra de la sinrazón de la guerra y en unos pocos versos nos presenta la crudeza de ésta, la búsqueda de destruir al enemigo y todo lo hermoso que éste pueda poseer. Su llamada desesperada, evocando aquello que significa humanidad, describiendo los terribles actos que se consideran normales durante un conflicto bélico, en los cuales el hombre se empeña en destruirlo todo, empezando por lo más importante; la vida, nos sitúa a esta especie de testamento poético, lo escribió poco antes de su muerte, como una llamada a la paz de hondo calado y una advertencia severa a aquellos que se niegan en ver en la guerra un desconocimiento absoluto de lo que significa civilización.
War Poet
I am the man who looked for peace and found
My own eyes barbed,
I am the man who groped for words and found
An arrow in my hand.
I am the builder whose firm walls surround
A slipping land.
When I grow sick or mad
Mock me not nor chain me:
When I reach for the wind
Cast me not down:
Though my face is a burnt book
And a wasted town.
Poeta de guerra
Yo soy el hombre que buscaba la paz y encontró
en sus ojos alambradas.
Soy el hombre que buscaba las palabras y encontró
una flecha en su mano,
el constructor cuyos recios muros están circundados
por arenas movedizas.
Cuando enferme o enloquezca
no os burléis de mí, ni encadenadme:
no me derribéis
cuando marche junto al viento:
aunque mi rostro sea un libro quemado
y una villa devastada.
Añado la traducción que Mariano Manent hizo de este poema dividido en dos partes, no conozco el original, pero lo que leo me parece magnífico y pienso que el traductor también tiene una importante parte de culpa en ello.
Dos oficios de un centinela
I
Oficio del mediodía
En la linde de un campo, donde el grillo sus élitros
frágiles roza, en medio de la hierba amarilla,
me detengo a escuchar el mar, cernido siempre
por los dedos graníticos del cabo.
En este mediodía del estío implacable
pienso en los que su boca parlera tienen muda
y en los acurrucados en una tumba angosta.
Lloro a los que los ojos tienen llenos de arena.
II
Oficio de medianoche
Los que a todo momento se ofrendaron
hasta ser dulce el tiempo, como amante saciado;
donceles de pie raudo, viejos de agudos ojos
-son libertad sus rutas, constantes sus estrellas –
me acompañan si miro esta ciudad vacía
Me enamora esta extraña rudeza de los vivos.
Me enamoran los ritmos de los miembros ya muertos.
Me enamoran aquellos que ya entraron
en la noche que huele a pétalos y a polvo.
(Traducción; Mariano Manent)
War Poet
I am the man who looked for peace and found
My own eyes barbed,
I am the man who groped for words and found
An arrow in my hand.
I am the builder whose firm walls surround
A slipping land.
When I grow sick or mad
Mock me not nor chain me:
When I reach for the wind
Cast me not down:
Though my face is a burnt book
And a wasted town.
Poeta de guerra
Yo soy el hombre que buscaba la paz y encontró
en sus ojos alambradas.
Soy el hombre que buscaba las palabras y encontró
una flecha en su mano,
el constructor cuyos recios muros están circundados
por arenas movedizas.
Cuando enferme o enloquezca
no os burléis de mí, ni encadenadme:
no me derribéis
cuando marche junto al viento:
aunque mi rostro sea un libro quemado
y una villa devastada.
Añado la traducción que Mariano Manent hizo de este poema dividido en dos partes, no conozco el original, pero lo que leo me parece magnífico y pienso que el traductor también tiene una importante parte de culpa en ello.
Dos oficios de un centinela
I
Oficio del mediodía
En la linde de un campo, donde el grillo sus élitros
frágiles roza, en medio de la hierba amarilla,
me detengo a escuchar el mar, cernido siempre
por los dedos graníticos del cabo.
En este mediodía del estío implacable
pienso en los que su boca parlera tienen muda
y en los acurrucados en una tumba angosta.
Lloro a los que los ojos tienen llenos de arena.
II
Oficio de medianoche
Los que a todo momento se ofrendaron
hasta ser dulce el tiempo, como amante saciado;
donceles de pie raudo, viejos de agudos ojos
-son libertad sus rutas, constantes sus estrellas –
me acompañan si miro esta ciudad vacía
Me enamora esta extraña rudeza de los vivos.
Me enamoran los ritmos de los miembros ya muertos.
Me enamoran aquellos que ya entraron
en la noche que huele a pétalos y a polvo.
(Traducción; Mariano Manent)