Editorial Alaire

Todo el mundo lo ignora.
Todos te desconocen
cuando abres la tierra
en un eterno Mar Rojo
lleno de promesas y de pájaros,
todos distintos,
todos alertas,
pero todos con el olor de tu cintura
y la felpa de tus manos.
¿Cómo eres cuando te buscaba?
¿A qué sabía tu voz entonces?
Porque este despertar
de lo que no se sabe,
de lo que los ojos gritan sin gargantas,
sino con xilófonos de cobre y mirra,
es eso,
faro de mi sombra lejos,
es eso y tan simple,
que hoy te veo bajar
y subir
y andar
y correr,
y son mis manos
unas ninfas que corren contigo.
¿Dónde va el mundo cuando cierras los ojos?
¿Cuáles son las estelas del aire
cuando acortas la palabra
en un sarcófago de mutismo?
¡Ay amor mío!
¡Ay vida mía!
Luna y cascabel
de los toros que se agitan.
Largo trinar de enramadas que bullen
y todos lo ignoran
y en la calle no te reconocen
cuando abres la tierra con tus pisadas...
Pero esta voz,
que te canta,
que te abrasa en el azúcar próxima,
es esta voz,
la que ya te buscaba,
la que te vuelve a encontrar
y la que toma los higos de tus labios
para volverlos canto.

Alberto Madariaga
(2012)
a Nadia

Qué bonito, Alberto, dulzura pura en unos versos tan hermosos que te atrapan. Un verdadero placer
Abrazos
Pilar

Un extraordinario poema, Alberto.

Felicitaciones y aplausos para tu gran obra.

Hallie

Bueno, Alberto, me alegro de saludarte y de disfrutar de un nuevo poema tuyo. Quizás te declaraste a este tipo de versos antes de que lo supieras, lo cierto es que los manejas con una soltura asombrosa.
Un abrazo.

Alberto Madariaga escribió:Todo el mundo lo ignora.
Todos te desconocen
cuando abres la tierra
en un eterno Mar Rojo
lleno de promesas y de pájaros,
todos distintos,
todos alertas,
pero todos con el olor de tu cintura
y la felpa de tus manos.
¿Cómo eres cuando te buscaba?
¿A qué sabía tu voz entonces?
Porque este despertar
de lo que no se sabe,
de lo que los ojos gritan sin gargantas,
sino con xilófonos de cobre y mirra,
es eso,
faro de mi sombra lejos,
es eso y tan simple,
que hoy te veo bajar
y subir
y andar
y correr,
y son mis manos
unas ninfas que corren contigo.
¿Dónde va el mundo cuando cierras los ojos?
¿Cuáles son las estelas del aire
cuando acortas la palabra
en un sarcófago de mutismo?
¡Ay amor mío!
¡Ay vida mía!
Luna y cascabel
de los toros que se agitan.
Largo trinar de enramadas que bullen
y todos lo ignoran
y en la calle no te reconocen
cuando abres la tierra con tus pisadas...
Pero esta voz,
que te canta,
que te abrasa en el azúcar próxima,
es esta voz,
la que ya te buscaba,
la que te vuelve a encontrar
y la que toma los higos de tus labios
para volverlos canto.

Alberto Madariaga
(2012)
a Nadia

Bellísimos versos colmados de elegancia, finura y naturalidad.
Aplausos y un abrazo para ti

Aprovecho la lectura de tu hermoso poema, amigo Alberto, para desearte una feliz Navidad junto a tus seres queridos.
Un cordial abrazo.

Preciosos versos estos que regalas a tu mujer y a todos tu lectores. Un placer venir.
Felices Fiestas.
Un abrazo.
Pepa

[quote="Alberto Madariaga"

El mundo parece no existir cuando ella cierra los ojos. Bellísimo poema de amor, Alberto. Mi enhorabuena y un abrazo cordial.