NO RECUERDO
Publicado: Mié, 05 Dic 2012 9:16
No recuerdo si alguna vez
estuve detrás del sentimiento
ni si el avaro temor a perderte
me convirtió en humano.
No recuerdo tu vida detrás de la ausencia,
ni siquiera un minuto en la duda,
ni la cordura de sentirme
pasar de largo por entre tu hueco,
ni el eco de tu voz lejano de mi boca.
No recuerdo si alguna vez fui otro,
si antes que tu fue la palabra para nombrarte,
la mirada para hacerte en la luz
y el tacto azul del inmenso mar
de tu mirada de niña enamorada del sol
abrasador de tu piel grabada
en las cumbres nevadas de mi destino.
No recuerdo pintar el horizonte
sin los montes de tu cuerpo entre mis dedos,
sin el roce de tus senos en mi espalda,
sin el deseo febril de enhebrarte en mis sentidos
y gemir contigo madrugadas.
No recuerdo las palabras que me huyeron
ni los silencios cobardes cuando te miro,
anudada a mis manos,
cuando duermes bajo el árbol cansado
de mi camino,
cuando bebo el vino dulce de tu boca
y me invade la ausencia.
No recuerdo las horas
sin la presencia eterna de tu caricia
ni la avaricia del tacto
de tu ropa descendente,
sin tenerte en la vida
y en la muerte entre mis venas
y escribir contigo el amor,
eternamente.
estuve detrás del sentimiento
ni si el avaro temor a perderte
me convirtió en humano.
No recuerdo tu vida detrás de la ausencia,
ni siquiera un minuto en la duda,
ni la cordura de sentirme
pasar de largo por entre tu hueco,
ni el eco de tu voz lejano de mi boca.
No recuerdo si alguna vez fui otro,
si antes que tu fue la palabra para nombrarte,
la mirada para hacerte en la luz
y el tacto azul del inmenso mar
de tu mirada de niña enamorada del sol
abrasador de tu piel grabada
en las cumbres nevadas de mi destino.
No recuerdo pintar el horizonte
sin los montes de tu cuerpo entre mis dedos,
sin el roce de tus senos en mi espalda,
sin el deseo febril de enhebrarte en mis sentidos
y gemir contigo madrugadas.
No recuerdo las palabras que me huyeron
ni los silencios cobardes cuando te miro,
anudada a mis manos,
cuando duermes bajo el árbol cansado
de mi camino,
cuando bebo el vino dulce de tu boca
y me invade la ausencia.
No recuerdo las horas
sin la presencia eterna de tu caricia
ni la avaricia del tacto
de tu ropa descendente,
sin tenerte en la vida
y en la muerte entre mis venas
y escribir contigo el amor,
eternamente.