Editorial Alaire

"Quieres sentir tu noche, no saber que te llamas
Erica, Paula, nadie,
que duermes cuando rugen los soles en las frentes.

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Era lo imprescindible aquello que nos falta;
cantemos la belleza
de tus piernas mojadas por la lluvia que llora
en un corral de sordos que escuchan tus latidos,
navegan en tu pecho de un blanco adolescente,
en un puerto sin clase, sin gusto, sin criterio
que encalló en los escombros, cantemos al amor
que queda en tu mirada"

Un gran poema, Enrique, con momentos para destacar como los que dejo más arriba.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Abrazos y salud.

Rafel Calle escribió: ↑Mié, 01 Dic 2021 7:32 Los mejores poemas de F. Enrique en Alaire.

Gracias, Rafel.

Gran acierto reponer este poema bellísimo que no había leído.
Felicidades, Paco, un placer leerte.

Abrazos.

[/quote]

Gracias, Mirta, por tan generoso comentario que me dejas, por poder contar con tu sensibilidad.

Un abrazo.

Javier Dicenzo escribió: ↑Vie, 03 Dic 2021 21:09 Vives para el recuerdo de lo que deseabas,
aquí, en el país
de los grandes poetas,
nadie recita un verso sabiendo quien dejaba
el alma en cada nota, y quien por disfrazarse
retenía tu oído.

Me gustó esta parte que es excepcional, muy original.

Gracias, Javier. La crónica de un Sabina de bolsillo que no llegó a ningún lugar.

Un abrazo. Realmente te aprecio, contigo me atrevo a ser constructivo.

Marisa Peral escribió: ↑Lun, 26 Sep 2022 11:03 Gran acierto reponer este poema bellísimo que no había leído.
Felicidades, Paco, un placer leerte.

Abrazos.

Sería hermoso no poder hablar de un tema como la prostitución, simplemente porque no existiera. Pero ya ves, Marisa, no sé si tuvo un comienzo, pero no le veo un final. Joaquín con su ironía envenenada diría que es necesaria mientras haya maridos descontentos, ya lo podemos hacer también extensivo a las mujeres.

Gracias. Un abrazo.

Excelente poema, F. Enrique, donde te dejas embargar por la ternura y la tristeza, con potentes y lúcidas imágenes.
Mi felicitación y aplauso.

Un fuerte abrazo.

Siendo sincero, Ramón, te diría que el gran Manu Chau se pasa un poco con su buenismo; casi nadie se ve irremediablemente abocado a la prostitución. Es muy duro levantarse todos los días a las 7 para vendernos por un sueldo decente. Ese hombre casi nunca les parecerá bastante bueno.

La buena gente diría, al conocer la larga agonía de Caravaggio, que él se lo había buscado. No le perdonaba al pintor lombardo su impetuoso carácter, mató a un hombre en la disputa por intentar sacar adelante una nadería. Una prostituta, ahogada en el Tíber, le sirvió como modelo para representar la muerte de María, esa que nunca murió, tampoco que pintara a los apóstoles como si fueran pescadores de la Italia olvidada, esa por la no ha pasado Cristo, y dudara de si sabían escribir, incluso los evangelistas.




Creo, es más intuición que información, que con lo que menos transigía esa buena gente, que llega a ser rencorosa, era que no fuera partidario de la Iglesia triunfante y esperara el regreso de los desposeídos, lo que provocó que muchos de los pocos caravaggios que quedan se guarden fuera de Italia. Tampoco le ayudó su homosexualidad asumida, en esto fue un pionero, y, sobre todo, que pintara el escote más sensual de la Pintura, se olvidó del claroscuro y recordó la morbidezza veneciana, en memoria del delicado y grácil Giovanni Bellini. Curiosamente, el cuadro está en Italia; es la Madonna de los palafreneros.

Muchas gracias. Un abrazo.

Gracias, Ferreiro, tu opinión siempre me importa.

Un abrazo.

"Y nunca me preguntes que sentí aquella noche
cuando bajo la lluvia
llorando me alejaba."

Precioso final, digno de este buen poema.

Un abrazo, compañero.