Editorial Alaire

Publicado: **Sab, 15 Nov 2014 13:11**

Gracias, Ramón, siempre tengo en cuenta tus palabras.

Un abrazo.

Publicado: **Mar, 18 Nov 2014 8:18**

Muy bello poema de Enrique.

Publicado: **Mar, 18 Nov 2014 8:57**

Muy hermoso, Enrique.
Una lectura sincera y entrañable que llega.
Un abrazo.

Publicado: **Mar, 18 Nov 2014 9:03**

Tu poema me deja pensando en tantas posibilidades sobre a la temática: si me voy a lo más simple, puedo acabar siendo vulgar y pecar de no leer a fondo; si me voy a lo más complicado puede que nunca encuentre la verdad deseada y no por ti mi estimado Enrique, sino por el lector, que siempre querrá de alguna forma, fotografiarse en el poema.

El tono que le diste a esta obra, es, no sé, distinto, es conmovedor, es vivencial y te lo digo: lo contagias, algo mi estimado Enrique que sólo un poeta con mucho oficio es capaz de hacer y mira, tú lo has logrado.

Te dejo un aplauso estimado Enrique y me quedo con el final del poema que ha sido uno de los mejores finales que he leído en cualquier poema.

Voy aprendiendo a querer este poema, Carmen. No tiene nada que ver con sus supuestas virtudes literarias. Uno no debe intentar parecerse a nadie ni siquiera al gran Joaquín, por cierto he empezado a sospechar que es más tierno y menos golfo de lo que quiso dar a entender. Por lo visto no doy la talla, soy un pringao, y todavía estoy en fase de expansión.

Un abrazo.

Raúl, no soy una persona que tenga experiencia en el asunto del que hablo y, sin embargo, fui protagonista del encuentro del que hablo. He pensado una noche, en la que tenga el temple y la constancia necesarios, contar lo que pasó. Estoy seguro de que cuando lo haga cualquiera que lo lea pensará que es un producto de mi imaginación. No sé si la chica, probablemente rumana, prefería ganar 200 euros cada noche en vez de 600 o 700 cada mes limpiando alguna casa, pero sé que no le faltaba corazón cuando hizo todo lo posible para que no me detuviera un municipal al que había acudido un chino que le decía mil y una vez que le había robado algo del bolso a la chica, era verdad, un cigarro que ella me había ofrecido.

Un abrazo.

Gracias, Rafel, por haberte acordado de este poema que, dentro de mi repertorio, no deja de ser más que una rareza.

Un abrazo.

Gracias, Miguel Ángel, siempre nos viene bien recibir palabras alentadoras.

Un abrazo.

Comunicarme contigo, Alberto, siempre es algo que se asemeja a un instante mágico, sé que esa amistad que nos une está más predispuesta al halago que al intento de crítica constructiva, aunque ya sé que tanto tú como yo nos hemos atrevido, es verdad que pocas veces, con ello. Sigo diciéndote que me alegro mucho de que nuestros caminos se cruzaran y que tengamos aficiones apasionadas que nos unen y no solo en el ámbito de lo literario. Desde luego que llevas razón cuando me hablas de lo raros que son la temática y el tratamiento en mi poesía.

Está claro, Alberto, que no tengo tu formación. Eso es algo que hace que se te ocurran escribir cosas que yo ni siquiera llego a pensarlas.

Un abrazo.

F. Enrique escribió:Me llaman calle,
me subo a tu coche,
me llaman calle de malegría.
calle dolida,
calle cansada de tanto amar.
(Manu Chao)

La vigilia asomaba al callejón de los huecos
y tú aparecías al mundo de los tristes
con tu rebeca abierta al frío de febrero,
¿Por qué tanto castigo, tanta inseguridad?
Tus amigos no estaban,
o amigos no tenías.
Tus amantes querían el calor de otro sueño,
suena el acordeón, sigue la misma lluvia.

Y tú,
¿Qué será de tu bolso, de tu falda,
de tu rimmel corrido, de tu melancolía,
de tu acento de trapo destrozando mi lengua,
de lo que llaman vida y escapa en un suspiro?

Quieres sentir tu noche, no saber que te llamas
Erica, Paula, nadie,
que duermes cuando rugen los soles en las frentes.

Vives para el recuerdo de lo que deseabas,
aquí, en el país
de los grandes poetas,
nadie recita un verso sabiendo quien dejaba
el alma en cada nota, y quien por disfrazarse
retenía tu oído.

Era lo imprescindible aquello que nos falta;
cantemos la belleza
de tus piernas mojadas por la lluvia que llora
en un corral de sordos que escuchan tus latidos,
navegan en tu pecho de un blanco adolescente,
en un puerto sin clase, sin gusto, sin criterio
que encalló en los escombros, cantemos al amor
que queda en tu mirada.

Y nunca me preguntes que sentí aquella noche
cuando bajo la lluvia
llorando me alejaba.

(Poema de la duda - En el Poblado Marinero - Marzo-Abril 2011)

"cantemos al amor que queda en tu mirada" este verso en particular se queda conmigo en esta despedida de amantes. Enrique que bella y sensible es tu poesia. Abrazos, ERA

Gracias, Roxane. Algún día tendré fuerzas para intentar narrar este cuento. Nadie se lo creerá. Será mejor así; Elvis sigue vivo.

Un abrazo.

Los mejores poemas de F. Enrique en Alaire.

F. Enrique escribió: ↑Vie, 30 Nov 2012 12:50 Me llaman calle,
me subo a tu coche,
me llaman calle de malegría.
calle dolida,
calle cansada de tanto amar.
(Manu Chao)

La vigilia asomaba al callejón de los huecos
y tú aparecías al mundo de los tristes
con tu rebeca abierta al frío de febrero,
¿Por qué tanto castigo, tanta inseguridad?
Tus amigos no estaban,
o amigos no tenías.
Tus amantes querían el calor de otro sueño,
suena el acordeón, sigue la misma lluvia.

Y tú,
¿Qué será de tu bolso, de tu falda,
de tu rimmel corrido, de tu melancolía,
de tu acento de trapo destrozando mi lengua,
de lo que llaman vida y escapa en un suspiro?

Quieres sentir tu noche, no saber que te llamas
Erica, Paula, nadie,
que duermes cuando rugen los soles en las frentes.

Vives para el recuerdo de lo que deseabas,
aquí, en el país
de los grandes poetas,
nadie recita un verso sabiendo quien dejaba
el alma en cada nota, y quien por disfrazarse
retenía tu oído.

Era lo imprescindible aquello que nos falta;
cantemos la belleza
de tus piernas mojadas por la lluvia que llora
en un corral de sordos que escuchan tus latidos,
navegan en tu pecho de un blanco adolescente,
en un puerto sin clase, sin gusto, sin criterio
que encalló en los escombros, cantemos al amor
que queda en tu mirada.

Y nunca me preguntes que sentí aquella noche
cuando bajo la lluvia
llorando me alejaba.

(Poema de la duda - En el Poblado Marinero - Marzo-Abril 2011)

Hola Enrique, me ha gustado un montón. Eres un poeta sencible y te mandas y cuentas sin pelos en la lengua. Estos versos que te marco, que es el cierre
Y nunca me preguntes que sentí aquella noche
cuando bajo la lluvia
llorando me alejaba.
despiertan en mi una ternura infinita, es una imágen muy lograda.

Vives para el recuerdo de lo que deseabas,
aquí, en el país
de los grandes poetas,
nadie recita un verso sabiendo quien dejaba
el alma en cada nota, y quien por disfrazarse
retenía tu oído.

Me gustó esta parte que es excepcional, muy original.

Editorial Alaire

Encuentro casual

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