Editorial Alaire

La ciudad, al fin, calla. Llega el mensaje con la voz
roja de la incredulidad. Guardo el libro que me hacia
imaginar teoremas sobre el sexo, guardo también
mi nube sin rostro entre las sábanas del hotel.
¿Por qué esta ceremonia si sólo se trata de la muerte
que golpea una vez más en la tibia luz? Es trágico,
lo sé, ese dolor de piedra que se convierte en vegetal,
planta omnívora sin resplandor, opaca como
un sol frío que avanza igual que un diluvio
de locura. ¿Qué sentido tiene entonces el triunfo
del amor? Yo no busqué el desnudo de la carne
pero allí estaba su entrega. Hoy, desde la
perspectiva del tiempo, me cuesta entender
la razón de aquel extraño equilibrio cuyos
mimbres fueron la blanca luz y la oscuridad.

Ramón Carballal escribió:La ciudad, al fin, calla. Llega el mensaje con la voz
roja de la incredulidad. Guardo el libro que me hacia
imaginar teoremas sobre el sexo, guardo también
mi nube sin rostro entre las sábanas del hotel.
¿Por qué esta ceremonia si sólo se trata de la muerte
que golpea una vez más en la tibia luz? Es trágico,
lo sé, ese dolor de piedra que se convierte en vegetal,
planta omnívora sin resplandor, opaca como
un sol frío que avanza igual que un diluvio
de locura. ¿Qué sentido tiene entonces el triunfo
del amor? Yo no busqué el desnudo de la carne
pero allí estaba su entrega. Hoy, desde la
perspectiva del tiempo, me cuesta entender
la razón de aquel extraño equilibrio cuyos
mimbres fueron la blanca luz y la oscuridad.

Creo que es la primera vez que llego primero.
Tus poemas siempre contiene ese torrente mágico donde cada imagen puede y es un poema en sí.

Un abrazo Ramón. Me gustó.

Lázaro.

Así es el juego del amor y de la vida. Se mueve en las
vertientes de la oscuridad y de la luz. Aunque termina
de verse y comprenderse cuando miras hacia atrás.

Un poema hondo, amigo, y con el equilibrio del buen decir poético.

Un abrazo

Guillermo

Interesante poema que nos dejas Ramón, escrito en tu línea personal e intransferible y de notoria calidad literaria. Me gustó
saludos

rafael

Ramón Carballal escribió:La ciudad, al fin, calla. Llega el mensaje con la voz
roja de la incredulidad. Guardo el libro que me hacia
imaginar teoremas sobre el sexo, guardo también
mi nube sin rostro entre las sábanas del hotel.
¿Por qué esta ceremonia si sólo se trata de la muerte
que golpea una vez más en la tibia luz? Es trágico,
lo sé, ese dolor de piedra que se convierte en vegetal,
planta omnívora sin resplandor, opaca como
un sol frío que avanza igual que un diluvio
de locura. ¿Qué sentido tiene entonces el triunfo
del amor? Yo no busqué el desnudo de la carne
pero allí estaba su entrega. Hoy, desde la
perspectiva del tiempo, me cuesta entender
la razón de aquel extraño equilibrio cuyos
mimbres fueron la blanca luz y la oscuridad.

Una manera tan especial de evocar realidades y filosofar sobre sus consecuencias... Un poema muy original, magnifico, gracias por compartir, felicitaciones sinceras.

Siempre, siempre he de acudir a tus versos para aprender, sentir y reflexionar. Gracias, admirado poeta.
Un beso para ti

Siempre buscamos el equilibrio al menos inclinarnor hacia el bien. Tus hersos hermosísimos, como simpre, es un placer leerlos
Abrazos
Pilar

Ramón,

me ha gustado mucho este poema, empezando por el título. Había un disco de Lou Reed, "Magic and Loss", todo él una reflexión sobre la muerte, que terminaba diciendo que la vida es una sucesión de pérdidas y un poco de magia para compensar. Me ha recordado mucho el tono reflexivo y emocionado de tu poema, y la conclusión es muy parecida.

Un abrazo.

Ramón Carballal escribió:La ciudad, al fin, calla. Llega el mensaje con la voz
roja de la incredulidad. Guardo el libro que me hacia
imaginar teoremas sobre el sexo, guardo también
mi nube sin rostro entre las sábanas del hotel.
¿Por qué esta ceremonia si sólo se trata de la muerte
que golpea una vez más en la tibia luz? Es trágico,
lo sé, ese dolor de piedra que se convierte en vegetal,
planta omnívora sin resplandor, opaca como
un sol frío que avanza igual que un diluvio
de locura. ¿Qué sentido tiene entonces el triunfo
del amor? Yo no busqué el desnudo de la carne
pero allí estaba su entrega. Hoy, desde la
perspectiva del tiempo, me cuesta entender
la razón de aquel extraño equilibrio cuyos
mimbres fueron la blanca luz y la oscuridad.

Fuerza arrolladora que hace de este poema una deidad de la palabra.

Felicitaciones y un abrazo, poeta.

Hallie

Toda una experiencia leerte.
Un abrazo.
Pepa

lazaro Habana escribió:

Ramón Carballal escribió:La ciudad, al fin, calla. Llega el mensaje con la voz
roja de la incredulidad. Guardo el libro que me hacia
imaginar teoremas sobre el sexo, guardo también
mi nube sin rostro entre las sábanas del hotel.
¿Por qué esta ceremonia si sólo se trata de la muerte
que golpea una vez más en la tibia luz? Es trágico,
lo sé, ese dolor de piedra que se convierte en vegetal,
planta omnívora sin resplandor, opaca como
un sol frío que avanza igual que un diluvio
de locura. ¿Qué sentido tiene entonces el triunfo
del amor? Yo no busqué el desnudo de la carne
pero allí estaba su entrega. Hoy, desde la
perspectiva del tiempo, me cuesta entender
la razón de aquel extraño equilibrio cuyos
mimbres fueron la blanca luz y la oscuridad.

Creo que es la primera vez que llego primero.
Tus poemas siempre contiene ese torrente mágico donde cada imagen puede y es un poema en sí.

Un abrazo Ramón. Me gustó.

Lázaro.

Gracias, Lázaro, por leerme y comentar. Un abrazo.

Guillermo Cuesta escribió:Así es el juego del amor y de la vida. Se mueve en las
vertientes de la oscuridad y de la luz. Aunque termina
de verse y comprenderse cuando miras hacia atrás.

Un poema hondo, amigo, y con el equilibrio del buen decir poético.

Un abrazo

Guillermo

Gracias por esas palabras que me dejas. Un abrazo.

Rafael Valdemar escribió:Interesante poema que nos dejas Ramón, escrito en tu línea personal e intransferible y de notoria calidad literaria. Me gustó
saludos

rafael

Gracias, Rafael, por tu lectura y comentario. Un abrazo.

Elizabeth Barrio Paredes escribió:Siempre, siempre he de acudir a tus versos para aprender, sentir y reflexionar. Gracias, admirado poeta.
Un beso para ti

Muchas gracias por ser tan amable. Un beso, Liz.

Pilar Morte escribió:Siempre buscamos el equilibrio al menos inclinarnor hacia el bien. Tus hersos hermosísimos, como simpre, es un placer leerlos
Abrazos
Pilar

Gracias, Pilar, por pasarte por aquí y comentar. Un abrazo.