Editorial Alaire

Borrachera colectiva


!Menuda borrachera colectiva!

Allí estaban los cinco sin saber dónde estaban,
equilibrio imposible a partir de un sinfín
de posturas inestables y cantando gorgoritos
a deshora, disonantes.

Uno de ellos intentaba dar saltitos en la acera,
mientras otros dos miraban ladeando la cabeza,
el cuarto se enrollaba en una esquina, procurando
cobijarse de la noche y el quinto,
con pasos inseguros, bailaba un foxtrot imaginario.

!Menuda borrachera colectiva!

Aquellos malandrines venían a ponerse hasta las cejas
en la esquina del jardín, donde el madroño
ofrecía sus mejores frutos rojos.

Ese día de finales de noviembre,
allá por San Andrés, recuerdo que eran cinco
figuras enlutadas, misteriosas.

Otras veces había muchos más
y aquello parecía un regimiento practicando botellón
impunemente.

Esta vez eran sólo cinco los zorzales:
mirlos de pico amarillo,
atrevidos, bullangueros y borrachos.


Víctor F. Mallada

Que pillines. Emborrachándose de madroños. Me ha gustado mucho esta semblanza urbana, con unas imagánes muy conseguidas y sorpresa final, también muy lograda, que se lee con una sonrisa. Un placer grande llevarme ese feo rosco.
Un abrazo (compartido, si quieres)
Pepa

Pdt: Cuando un poema te pide una segunda lectura es que es bueno. Este es bueno.

Cuánto bien hace leer poemas como éste, pero además, escritos con finura, arte y buen gusto.
Te aplaudo de pie, poeta.
Abrazo grande para ti

Josefa A. Sánchez escribió:Que pillines. Emborrachándose de madroños. Me ha gustado mucho esta semblanza urbana, con unas imagánes muy conseguidas y sorpresa final, también muy lograda, que se lee con una sonrisa. Un placer grande llevarme ese feo rosco.
Un abrazo (compartido, si quieres)
Pepa

Pdt: Cuando un poema te pide una segunda lectura es que es bueno. Este es bueno.

Gracias, Pepa.
Me he reído con el epíteto de "pillines" que encabeza este comentario. Una pequeña ocurrencia para pasar un ratito entre lecturas.

Un abrazo grandote,

Víctor

Bueno, resulta reconfortante esta poesía de lo urbano y las costumbres sociales o antisociales y el paisaje tradicional con madroño. En cierto modo me recuerdas con estos versos aquellos cuadros costumbristas de Goya de romerías y bailes. Pero a día de hoy, cambiamos la pradería de S.Isidro por el asfalto de la Gran Vía y el horario de la tarde por el de la madrugada.
Salud.

Uff... este poema me pone en un serio aprieto, porque cada vez que lo leo, no sé por qué, me veo, junto a otros famosos foristas de este sitio, reflejado en uno de esos responsables muchachos.

Como siempre, amigo Víctor, sacando oro de lo cotidiano.

Un abrazo.

A mí una vez que me dolía la boca porque llevaba llagas me dieron anís porque curaba. Una detrás de otra y no quiero recordar...
Me has hecho sonreir. Gracias
Abrazos
Pilar

Elizabeth Barrio Paredes escribió:Cuánto bien hace leer poemas como éste, pero además, escritos con finura, arte y buen gusto.
Te aplaudo de pie, poeta.
Abrazo grande para ti

Gracias, Elizabeth
Yo los recibo con la humildad de quien se sabe que depende de gente generosa como vos, para hacer que corran los versos, las historias y la ilusión de quien siempre está aprendiendo.

Un abrazo,

Víctor

Uf, yo también me veo por donde dice Ferreiro. Y no estaba nada mal. Pero, bueno, hablando de tu poema, es hermoso y lleno de ingenio, según tu costumbre. Y, sí, sacas oro de lo cotidiano en ciertos pájaros que ahora vuelan menos de lo que quisieran.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Un cordial abrazo.

Julio González Alonso escribió:Bueno, resulta reconfortante esta poesía de lo urbano y las costumbres sociales o antisociales y el paisaje tradicional con madroño. En cierto modo me recuerdas con estos versos aquellos cuadros costumbristas de Goya de romerías y bailes. Pero a día de hoy, cambiamos la pradería de S.Isidro por el asfalto de la Gran Vía y el horario de la tarde por el de la madrugada.
Salud.

Gracias, Julio.
Los pájaros, a veces, nos dejan estampas tan curiosas como estas. Goya también lo hubiera pintado de haber estado allí con sus pinceles.

Un abrazo, amigo.

Víctor

Una espeluznante descripción de borrachera, a la que pones al final
aladas alas para que el veredicto termine solamente en poesía y no en botellón.

Un abrazo

J. J. M. Ferreiro escribió:Uff... este poema me pone en un serio aprieto, porque cada vez que lo leo, no sé por qué, me veo, junto a otros famosos foristas de este sitio, reflejado en uno de esos responsables muchachos.

Como siempre, amigo Víctor, sacando oro de lo cotidiano.

Un abrazo.

Me has hecho reir, Ferreiro, con tu comentario. No será para tanto.
Gracias por dejar constancia que te gusta (el poema).

Un abrazo, amigo

Víctor

Pilar Morte escribió:A mí una vez que me dolía la boca porque llevaba llagas me dieron anís porque curaba. Una detrás de otra y no quiero recordar...
Me has hecho sonreir. Gracias
Abrazos
Pilar

También tu me has hecho sonreir a mi, Pilar.
Las primeras moñas, sin son de niños, dan para mucho contar.
Esta vez iba de pájaros, que también saben pillarla cuando quieren.

Un abrazo,

Víctor

Rafel Calle escribió:Uf, yo también me veo por donde dice Ferreiro. Y no estaba nada mal. Pero, bueno, hablando de tu poema, es hermoso y lleno de ingenio, según tu costumbre. Y, sí, sacas oro de lo cotidiano en ciertos pájaros que ahora vuelan menos de lo que quisieran.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Un cordial abrazo.

Gracias, Rafel, gracias por tus palabras de aliento.
¿Sabes que? Los mirlos del cuento no fueron al madroño por separado, sino en bandada, fueron juntos, como amigos. Es hermoso tener amigos, aunque a veces nos pasemos en el trago.

Otro abrazo para ti y los tuyos,

Víctor

Victor,

Tu poema me ha arrancado una sonrisa en esta mañana de viernes. Buena manera de empezar el fin de semana. ¡Cómo me hubiera gustado estar en esa borrachera colectiva! ¡Ponerme hasta las cejas!

Un abrazo, amigo.