Editorial Alaire

Mimosa


Bajo la mimosa en flor de los abuelos
te escribo esta postal de despedida.

¿Recuerdas lo florida que estaba
cuando los fríos de aquel invierno
alumbraban de nuevo la primavera?

Nadie la había podado en mucho tiempo
y estaba enorme, salvaje, llena de vida;
pusimos una hamaca entre sus ramas
y juntos, a escondidas...
la hicimos nuestra.

Hoy llora de amargura, algo abatida
por alisios de negros presentimientos,
sensible como siempre, no deja que la toque
sin mostrar el respingo de una sorpresa.

¿Recuerdas lo que te dije un día?
Las brujas del pueblo me habían contado que si quería
destruir los hechizos y maldiciones de algún encanto
hiciera una infusión con unas cuantas flores de la mimosa
y perfumara con ella las aguas donde te bañas.

Me reí de sus historias y no hice caso...
nunca sabré qué hubiera sucedido de haberlo hecho.

Hoy sé que no hay remedio, que no queremos
vernos ya más, que lo nuestro acabó tras mil intentos,
que las palabras no son capaces de cerrar las heridas
tan encarnadas. Que nunca es fácil decir “te quiero”
y escuchar el silencio de las cigarras.

Aún así,
como sólo digo adiós a los que mueren,
si decides retornar alguna primavera
y ves que la mimosa sigue triste,
no hace falta que llames a mi puerta,
dale un abrazo fuerte,
seguro que todavía se acuerda de lo nuestro
y puede que algún día me lo cuente.

Víctor F. Mallada

Me complace, amigo Víctor, inaugurar comentarios a este precioso y delicado poema.
Un poema tierno que cubre la mente con una pátina de nostalgia.
Un abrazo compañero
J. Manuel

Un recuerdo mágico en un entorno paradisíaco.
Bien construido el ritmo.
Saludos
Jorge

"Bajo la mimosa en flor de los abuelos
te escribo esta postal de despedida.

¿Recuerdas lo florida que estaba
cuando los fríos de aquel invierno
alumbraban de nuevo la primavera?

Nadie la había podado en mucho tiempo
y estaba enorme, salvaje, llena de vida;
pusimos una hamaca entre sus ramas
y juntos, a escondidas...
la hicimos nuestra.

Hoy llora de amargura, algo abatida
por alisios de negros presentimientos,
sensible como siempre, no deja que la toque
sin mostrar el respingo de una sorpresa.

¿Recuerdas lo que te dije un día?
Las brujas del pueblo me habían contado que si quería
destruir los hechizos y maldiciones de algún encanto
hiciera una infusión con unas cuantas flores de la mimosa
y perfumara con ella las aguas donde te bañas.

Me reí de sus historias y no hice caso...
nunca sabré qué hubiera sucedido de haberlo hecho.

Hoy sé que no hay remedio, que no queremos
vernos ya más, que lo nuestro acabó tras mil intentos,
que las palabras no son capaces de cerrar las heridas
tan encarnadas. Que nunca es fácil decir “te quiero”
y escuchar el silencio de las cigarras.

Aún así,
como sólo digo adiós a los que mueren,
si decides retornar alguna primavera
y ves que la mimosa sigue triste,
no hace falta que llames a mi puerta,
dale un abrazo fuerte,
seguro que todavía se acuerda de lo nuestro
y puede que algún día me lo cuente."

Víctor F. Mallada[/quote]






Victor, has escrito un poema bellísimo. El sentido estético va lleno de pureza, la historia tirita entrañable y el resultado es una obra digna de muchos aplausos.

Salud y felicidad,

Hallie

Muy hermoso, Víctor, inundado de nostalgia y de recuerdos, para pensar en lo que podría haber sido si ese tiempo de amor hubiera sido guiado por un rumbo distinto y hubiéramos escuchado lo que dicen las brujas.

Un abrazo.

Victor, me ha gustado mucho introducirme en esta historia que lleva el sentimiento a flor de piel.
Un fuerte abrazo

Plenos de lirismo estos versos en los que el amor transita por las veredas del pasado, hacia ese rincón oculto de la memoria entre flores y perfume de tiempo. Un placer de lectura que rubrico con mi aplauso.
Un abrazo...
Pepa

José Manuel Sáiz escribió:Me complace, amigo Víctor, inaugurar comentarios a este precioso y delicado poema.
Un poema tierno que cubre la mente con una pátina de nostalgia.
Un abrazo compañero
J. Manuel

Gracias, José Manuel.
Tu siempre tan atento con mis letras

Un abrazo, amigo.

Víctor

JORGE SÁNCHEZ escribió:Un recuerdo mágico en un entorno paradisíaco.
Bien construido el ritmo.
Saludos
Jorge

Gracias, Jorge

Muy amable por tu parte.

Víctor

Un poema precioso, donde la naturaleza, encarnada esta vez en la esplendorosa belleza de las mimosas en flor, se hace motivo del encuentro con tiempos inolvidables del pasado.
La narración del poema es perfecta y de ritmos muy estudiados. Me gustó sobre todo esta estrofa, por lo que expresa, y cómo lo expresa en esos magníficos encabalgamientos.

Hoy sé que no hay remedio, que no queremos
vernos ya más, que lo nuestro acabó tras mil intentos,
que las palabras no son capaces de cerrar las heridas
tan encarnadas. Que nunca es fácil decir “te quiero”
y escuchar el silencio de las cigarras.

Todo un placer de lectura, querido amigo.

Un abrazo.

Hallie Hernández Alfaro escribió:
Victor, has escrito un poema bellísimo. El sentido estético va lleno de pureza, la historia tirita entrañable y el resultado es una obra digna de muchos aplausos.

Salud y felicidad,

Hallie

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Gracias, Hallie
Siempre tan animosa y animante. Es un honor oirte decir estas cosas.

Un abrazo,

Víctor
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F. Enrique escribió:Muy hermoso, Víctor, inundado de nostalgia y de recuerdos, para pensar en lo que podría haber sido si ese tiempo de amor hubiera sido guiado por un rumbo distinto y hubiéramos escuchado lo que dicen las brujas.

Un abrazo.

Gracias, F. Enrique
Ay las bujas... Si ellas supieran la cancha que dan al que nunca las escucha...

Un abrazo,

Víctor

Manuel Sánchez escribió:Victor, me ha gustado mucho introducirme en esta historia que lleva el sentimiento a flor de piel.
Un fuerte abrazo

Gracias, Manuel
Historias de poeta. El sentimiento también lo pone el que lo lee.

Otro abrazo para ti.

Víctor

Josefa A. Sánchez escribió:Plenos de lirismo estos versos en los que el amor transita por las veredas del pasado, hacia ese rincón oculto de la memoria entre flores y perfume de tiempo. Un placer de lectura que rubrico con mi aplauso.
Un abrazo...
Pepa

Gracias, Pepa, gracias.
Tus ánimos dan cobijo y alegría. Es un placer verte por este rincón de un pequeña historia.

Abrazos compartidos, amiga.

Víctor

Es de una belleza absoluta este poema. Corro a releerlo pero antes, te dejo una ovación de aplausos, de pie.
Besos, ciao, se me hace tarde...