Editorial Alaire

¿Qué parte de mi sangre no te llama
con una mansa y noble ventisquera?
¿Por cuál enmarañada cordillera
no asombra la sustancia de tu flama?

Amor que por entraña surcas rama
y ciclón y remanso y sementera,
con una inexplicable ley severa,
que me levanta y tumba sin proclama.

Dime qué parte mía no te nombra,
dónde puede sentirse ese vacío,
en que falte la esquila de tu eco.

Pues eres el temblor, la dulce sombra,
el monte, la laguna, valle y río,
eres totalidad que invade el hueco.

Alberto Madariaga
(2012)
a Nadia

Hermosos el tempo, la cadencia y el total concierto en los versos de dulce súplica.
Un deleite leerte.
Abrazos, poeta

Alberto, un aplauso a tu magnífico y amoroso soneto.

un abrazo

Amoroso como hermoso soneto que aplaudo.

Un abrazo Alberto.

Un gusto leer tu bello soneto.
Saludos.

[quote="Alberto Madariaga

Precioso poema donde expones el sentimiento total del amor. Saludos.