¿a que has regresado?
Publicado: Mar, 25 Mar 2008 2:50
Solo tus ojos
clavados en los míos
eran capaces
de transmitir tanta complicidad
por explorar
únicamente en un sueño
Asi has regresado, para formar parte de el,
y mucho, mucho tiempo después,
sin que adivinara a explicarme por qué,
lo vuelves a protagonizar
Procurrando colocarme ante tu calida mirada,
a la que me hubiera sido tan fácil entregarme,
para medir tus pestañas, que al cerrar los parpados
tan lentamente como cae el día
en un desconocido planeta con dos soles,
arañan mi piel como las uñas de un gato,
y un escalofrió de agujas
recorre desde dentro mi pecho
como agua inquieta buscando por donde salir
e ir a atrapar el olor de tus cabellos
con la yema de mis dedos
Te lanzo una sonrisa, a la que tu
desde la distancia, ladeando levemente la cabeza,
respondes con una mucho más amplia,
y acercándote sin que lo previera
besas mis labios,
dejando sin palabras
al que siempre tiene respuesta para todo
menos a la duda de cuantos besos he recibido
lo fue con tanto amor como este.
De pronto, surge otra duda no premeditada,
doblando la esquina como alguien
que no quisiera ver,
acercándose y agrandándose
hasta ser imposible evitar
preguntarse por qué en tus labios hacia calor
si he recordado con enojo
que deberían ser tan fríos como el mármol
sobre el que se puede reconocer tu nombre
y que cada aniversario adornan con flores.
Abro los ojos en la penumbra
intentando sobreponerme
de las preguntas que poco a poco
tiran de mí para que me incorpore
como si en vez despertar de un sueño
hubiera caído en otra pesadilla
y entre tinieblas no supiera de cual salir.
La inquietud de no oír tus pasos descalzos
no es mayor que no saber por qué la muerte,
si se trata de un aviso, te eligió en mi memoria.
Si fuiste tú la que se ofreció como voluntaria,
y por qué tu, después de tanto tiempo,
quisiste regresar, reavivando el recuerdo
de sueños que soñé, solo para advertirme.
Te prevengo, lo mismo a ti que a ella,
que es traicionero hacer que quien aun sueña
presienta y se entregue con calma
a asumir la cercanía de ese otro mundo,
convenciéndolo de antemano
de alcanzar allí lo que no obtuvo en este.
Aunque puede, finalmente,
que sea que mi razón, de vuelta de todo,
se empeñe en desconfiar una vez más
de lo que mi corazón quiere oír,
como es que en esa otra dimensión
confirmara la esperanza
que aquí solo pude albergar en sueños
clavados en los míos
eran capaces
de transmitir tanta complicidad
por explorar
únicamente en un sueño
Asi has regresado, para formar parte de el,
y mucho, mucho tiempo después,
sin que adivinara a explicarme por qué,
lo vuelves a protagonizar
Procurrando colocarme ante tu calida mirada,
a la que me hubiera sido tan fácil entregarme,
para medir tus pestañas, que al cerrar los parpados
tan lentamente como cae el día
en un desconocido planeta con dos soles,
arañan mi piel como las uñas de un gato,
y un escalofrió de agujas
recorre desde dentro mi pecho
como agua inquieta buscando por donde salir
e ir a atrapar el olor de tus cabellos
con la yema de mis dedos
Te lanzo una sonrisa, a la que tu
desde la distancia, ladeando levemente la cabeza,
respondes con una mucho más amplia,
y acercándote sin que lo previera
besas mis labios,
dejando sin palabras
al que siempre tiene respuesta para todo
menos a la duda de cuantos besos he recibido
lo fue con tanto amor como este.
De pronto, surge otra duda no premeditada,
doblando la esquina como alguien
que no quisiera ver,
acercándose y agrandándose
hasta ser imposible evitar
preguntarse por qué en tus labios hacia calor
si he recordado con enojo
que deberían ser tan fríos como el mármol
sobre el que se puede reconocer tu nombre
y que cada aniversario adornan con flores.
Abro los ojos en la penumbra
intentando sobreponerme
de las preguntas que poco a poco
tiran de mí para que me incorpore
como si en vez despertar de un sueño
hubiera caído en otra pesadilla
y entre tinieblas no supiera de cual salir.
La inquietud de no oír tus pasos descalzos
no es mayor que no saber por qué la muerte,
si se trata de un aviso, te eligió en mi memoria.
Si fuiste tú la que se ofreció como voluntaria,
y por qué tu, después de tanto tiempo,
quisiste regresar, reavivando el recuerdo
de sueños que soñé, solo para advertirme.
Te prevengo, lo mismo a ti que a ella,
que es traicionero hacer que quien aun sueña
presienta y se entregue con calma
a asumir la cercanía de ese otro mundo,
convenciéndolo de antemano
de alcanzar allí lo que no obtuvo en este.
Aunque puede, finalmente,
que sea que mi razón, de vuelta de todo,
se empeñe en desconfiar una vez más
de lo que mi corazón quiere oír,
como es que en esa otra dimensión
confirmara la esperanza
que aquí solo pude albergar en sueños