Editorial Alaire

A la poesía:

hay que matarla a golpes,
hay que darle duro con un palo
y con una pala,
y también con una maza.

Hay que torcerle las manos vacías
y huesudas;
hasta que su sangre
se derrame toda
sobre las casas
y sobre la vida.

Por eso
hay que escribir.

Todos tenemos que escribir;

hasta que la poesía llore:

todos los muertos,
todos los niños perdidos,
todas las mujeres violadas,
todos los desempleados,
todos los viejos que se mueren de pena en los asilos,
y todas las balas que se han tirado.


Por eso
hay que escribir
con el alma
y con el cuerpo
y con la lengua
y con el corazón vibrante
lleno de una primavera
donde abunde la miel, el trigo
y la leche.

Hay que hacer que la poesía cante,
y hacer que la poesía baile
y que ría
como una muchacha joven.

Para eso

a la poesía:

hay que romperle las piernas
de hacerla correr tanto;
que le estallen los pulmones,
que se le gasten las rodillas,

que corra por todo el mundo:

hasta que valga la pena
y el mundo cambie.

Un poema hermoso a más no poder, Gustavo. Y además preciso, necesario; diría yo que imprescindible.

Qué los aplausos sean torrenciales y lleguen a Mendoza!

Un abrazote,

Hallie

Todos tenemos que escribir hasta que la poesía llore, todo hasta el límite de la muerte.
Me gusta la fuerza generosa de tus versos
Abrazos
Pilar

Me gustó pasar por tu poesía golpeada y rota, para que resurga cual Fénix victorioso.

Un abrazo.

Un poema muy bien escrito Gustavo con un mensaje que llega.

Saludos.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Un poema hermoso a más no poder, Gustavo. Y además preciso, necesario; diría yo que imprescindible.

Qué los aplausos sean torrenciales y lleguen a Mendoza!

Un abrazote,

Hallie

Hallie qué gusto leer este comentario. Un gran cariño desde Mendoza.

Pilar Morte escribió:Todos tenemos que escribir hasta que la poesía llore, todo hasta el límite de la muerte.
Me gusta la fuerza generosa de tus versos
Abrazos
Pilar

Pilar un cordial saludo desde Mendoza. Muchas gracias por dejar este comentario en el poema. Un beso grande para vos.

Estimado Gustavo Cavicchia, creo que no había leído un poema tuyo desde los días claros en que el mundo de la poesía solía ser un espacio abierto a la franqueza y la autenticidad de la diversidad... y me encuentro con esta criatura de tu alma extendiendo @laire las alas de tu inspiración, donde resaltas con fuerza la realidad de las antítesis que mueven la consciencia y son capaces de convertirla en fuerza material de los actos poéticos...

Te saludo nuevamente desde el anonimato en que mi nombre es la cáscara de mi ser...

Te abrazo con afecto...

Juan Marcos

Bien por esa poesía que renacerá totalmente renovada.
Un placer leerle.

Exultantes versos, con sentido y dirección; con emoción, motivo y propósito. Mucho me han gustado.
Un gran abrazo, poeta

Quinteño de Greda escribió:Me gustó pasar por tu poesía golpeada y rota, para que resurga cual Fénix victorioso.

Un abrazo.

Esperemos amigo. La poesía toda.

Creo que sí, que hay que abrazar fuerte a la poesía hasta que escupa las ultimas gotas de aire libre. Un placer grande leerte estos versos.
Un abrazo.
Pepa

Israel Liñán escribió:Un poema muy bien escrito Gustavo con un mensaje que llega.

Saludos.

Israel; muchas gracias y es un gran placer saberlo.

Juan Marcos escribió:Estimado Gustavo Cavicchia, creo que no había leído un poema tuyo desde los días claros en que el mundo de la poesía solía ser un espacio abierto a la franqueza y la autenticidad de la diversidad... y me encuentro con esta criatura de tu alma extendiendo @laire las alas de tu inspiración, donde resaltas con fuerza la realidad de las antítesis que mueven la consciencia y son capaces de convertirla en fuerza material de los actos poéticos...

Te saludo nuevamente desde el anonimato en que mi nombre es la cáscara de mi ser...

Te abrazo con afecto...

Juan Marcos

Gracias Juan Marcos por tan cálido comentario a este poema y viaje desde Mendoza un cordial saludo para vos.

Blanca N. García González escribió:Bien por esa poesía que renacerá totalmente renovada.
Un placer leerle.

Un placer para mí también blanca saber de vos.