El hombre del tercero
Publicado: Dom, 11 Nov 2012 19:53
Este cambio de tiempo
va a permitir al mar
descomponer los sueños y los rumbos.
Los vientos aconsejan
vivir noches de amor
como quien se aficiona a ahogarse
en un tumulto propio de deseos.
Con su ser y no ser
el hombre aprende a confundirse
al borde de un paseo con palmeras,
a despreciar las cosas que no sabe,
a creer en el ruido fugaz de aquello que no existe.
Una puesta de sol desde la cama
es un murmullo rojo
que se va silenciando
hasta apagar la luz del universo,
para encender los labios y las manos.
Después, seguramente,
no habrá nadie que quiera recordar
lo bueno que hay en mí,
ni que sepa, en voz alta,
leer las instrucciones de una amor para siempre.
va a permitir al mar
descomponer los sueños y los rumbos.
Los vientos aconsejan
vivir noches de amor
como quien se aficiona a ahogarse
en un tumulto propio de deseos.
Con su ser y no ser
el hombre aprende a confundirse
al borde de un paseo con palmeras,
a despreciar las cosas que no sabe,
a creer en el ruido fugaz de aquello que no existe.
Una puesta de sol desde la cama
es un murmullo rojo
que se va silenciando
hasta apagar la luz del universo,
para encender los labios y las manos.
Después, seguramente,
no habrá nadie que quiera recordar
lo bueno que hay en mí,
ni que sepa, en voz alta,
leer las instrucciones de una amor para siempre.