versos de mis cenizas,
a morir sin ira,
a vivir sin esperanza.
voy del puerto hacia la niebla,
mi barca no es mi barca,
tu frialdad es el emblema
de la espalda que me has vuelto.
Y cada día
tengo que inventarme un nombre
para llamarme a mí mismo,
para empujarme a hollar
esta ciudad que hiere mi arrogancia,
que me muestra tu imagen
en cada esquina que doblo,
que se apodera de mis tormentas.
Soy ese desconocido que, a veces, te habla
y siempre navega en lo sórdido de tu dolor.