Editorial Alaire

A Laura Novoa

Pequeño amor,
ya no tirarás las runas indolentes
sobre el manto,
no pulsarás las teclas de la soledad
para saberme allí,
no dolerán jamás esos amores
que vienen y se van
y se desdicen,
y no saben coronarte de pétalos o estrellas.
Amiga,
yo también quiero olvidar que he amado
cuanto se han dejado amar
a solas o rompiendo pieles,
caparazones que vinieron conmigo a ver llover.
No me tengas más preso en esa lista
de ciegos abnegados,
cierra tú también los ojos grises
que mi verdor traspasará con besos
tu frontera.

Restáñame esta herida.
A cambio nadie te amará
como este loco
que unta de palabras los rescoldos
para que susurren,
y unge de olivos increíbles
tus orillas dolidas
para que sean nubáceos almohadones,
besos los que naveguen siempre
de mi sed a tu piel.





Un poema entrañable y hermosísimo desde el título hasta la orfebrería metafórica que brilla en cada verso.

Felicitaciones y muchos aplausos, Ronald.

Hallie

Preciosos versos. Están colmados de elegancia, armonía, musicalidad y elocuencia.


"Restáñame esta herida.
A cambio nadie te amará
como este loco
que unta de palabras los rescoldos
para que susurren,
y unge de olivos increíbles
tus orillas dolidas
para que sean nubáceos almohadones,
besos los que naveguen siempre
de mi sed a tu piel."

...qué hermoso ese camino hacia el cierre.
Abrazos, un deleite leerte

Volveré a leerte porque me he quedado con ganas. Un poema hermosísimo
Abrazos
Pilar

Ronald Bonilla, poeta un placer entrar en estos versos
y comprobar que bien manejas el idioma y el corazón.

un abrazo

Hermoso poema, amigo Ronald, donde, como es habitual en tus trabajos, se suceden los momentos inspirados dentro de un todo reseñable.
Ha sido un placer leerte. Felicidades.
Un cordial abrazo.

Preciosos versos. Un placer inmenso venir a tus letras.
Un abrazo.
Pepa