Editorial Alaire

UNA MÁSCARA EN LA BOLA DE CRISTAL

Y no tiene remedio.
El joven quiere pasar
por delante del hombre del bastón,
que camina despacio.
Pero es el gran “yo seré”
el que le arruga la conciencia.

Tanto bronce neuronal, antes de probarlo,
por no pensar en oro
(y no hay quien lo resista),
tanta belleza putrefacta de Hela
(y no es un videojuego),
le hacen buscar la cura en un espejo.

Pero la vara y la serpiente
ya no aniquilan el infierno de este mundo
y hay que esculpir en zonas pantanosas
nuestro happening sin fines comerciales.

Un placer estar en tus dicentes y hermosos versos. Un placer
Abrazos
Pilar

Gracias por tu comentario.
El poema surgió cuando intentaba salir de un bar y esperé a que pasara un anciano que iba muy despacio. Habla de las expectativas que tiene un joven.
Aparece Hela, diosa noruega con cuerpo dividido en mitad bella y otra mitad putrefacta y que representa a la muerte.
Saludos
Jorge

Si necesidad de tu precisa aclaración ya se intuía que el poema se refiere al paso del tiempo y a como lo contemplamos desde las distintas edades de la vida. Muy buenos versos que he disfrutado.
Un abrazo.
Pepa

Hallo clase y oficio, este poema es excelente.
Saludos

Muy amable.
Yo soy el que soy, pero me pregunto qué seremos.

Las palabras son campos magnéticos
Jorge