Editorial Alaire

Se ahueca la tristeza en mis manos,
no atino a escribir el verso que mereces,
emborrono silencios entre fonemas,
bajo esta tinta azulada te llamo.

Porque vuelves, huésped eterno,
siempre vuelves con el otoño,
cómplice y arraigado.
Los prados se cubren de erizos,
asoman las castañas, está soplando el viento,
y al viento le hablo
que deja en mi jardín un caos de hojas secas
y unos ojos de miel entre las sombras.

Al viento le hablo y un érase que se era
sabe de la mansa madurez de las ciruelas
deseosas de ser entre unos labios,
(qué apacible volar enredos en tu pelo
o precipitarse río corriente abajo)
Y quien dice río ser luz de tu mirada errante,
ocupando un íntimo resquicio de tu espacio,
llevarte lejos, muy lejos, al trote de un caballo
que no sea de humo ni de alambre;
pero no me hagas caso, que al viento le hablo
y el viento es un ermitaño que siempre pasa de largo.

Érase que se era,
la chimenea crepita en esta hora lenta
y las pavesas se abaten
como las quimeras.


*

Érase que se era... y no deja de ser. Abro, encantado, el espacio de las felicitaciones para este poema de libro. Con un abrazo.
Salud.

Tu sensibilidad me llena de placer al leer tu hermoso poema
Abrazos
Pilar

Hojas caídas. ocres al viento y esas sensaciones que el otoño
madura entre la fruta. Erase que se era un poema que se fue
convirtiendo en sueño al pasar de largo la mirada errante.

Un abrazó. Me encantó el poema.

Guillermo

Es fácil dejarse llevar por esa voz que nos habla en susurros y nos lleva al otoño, una vez más está aquí. y aparece ese viento. Tú lo acoges con la serenidad de los elegidos. Isabel, y observando los ciclos de la vida nos dejas un poema entrañable.Un saludo.

Muy bueno y muy a tiempo, Isabel.
Como la lluvia de otoño, con sus erizos preñados de castañas y promesas. Mejor así, en mi humilde opinión, fiel a tus cosas.

Un abrazo,

Víctor

Un hermoso poema Isabel que nos hace añorar el otoño que no acaba de llegar. El título me hizo recordar una canción de Javier Ruibal que me encanta.

Un abrazo.

Julio González Alonso escribió:Érase que se era... y no deja de ser. Abro, encantado, el espacio de las felicitaciones para este poema de libro. Con un abrazo.
Salud.

Es que a veces, estimado Julio, creo que soy cansina con lo que escribo, jeje, de ahí el título, es como " y vuelta la mula al trigo" y de ahí no salgo, es lo que hay..

mi abrazo agradecido.

Pilar Morte escribió:Tu sensibilidad me llena de placer al leer tu hermoso poema
Abrazos
Pilar

y tu paso por mis letras me animan siempre a seguir escribiendo, un abrazo.

Guillermo Cuesta escribió:Hojas caídas. ocres al viento y esas sensaciones que el otoño
madura entre la fruta. Erase que se era un poema que se fue
convirtiendo en sueño al pasar de largo la mirada errante.

Un abrazó. Me encantó el poema.

Guillermo

El otoño siempre tan melancólico, ¿verdad? y esas frutas que maduran hasta dejarlas en el olvido ( hasta nueva temporada) Gracias Guillermo, por hacerme saber que te gustó.

Me gusta tu poesía tal cual es, cálida, sencilla, cercana y llena de exquisitos rincones en los que refugiarse de las tristuras del otoño. ¡Que gusto leerte!
Un abrazo.
Pepa

F. Enrique escribió:Es fácil dejarse llevar por esa voz que nos habla en susurros y nos lleva al otoño, una vez más está aquí. y aparece ese viento. Tú lo acoges con la serenidad de los elegidos. Isabel, y observando los ciclos de la vida nos dejas un poema entrañable.Un saludo.

No sé si soy merecedora de tales elogios, sinceramente creo que no, amigo Enrique, igualmente te lo agradezco pues animan a seguir escribiendo e intentar hacerlo mejor, si es que se puede. Gracias y un abrazo.

Víctor F. Mallada escribió:Muy bueno y muy a tiempo, Isabel.
Como la lluvia de otoño, con sus erizos preñados de castañas y promesas. Mejor así, en mi humilde opinión, fiel a tus cosas.

Un abrazo,

Víctor

Es temporada del pote de castañas y de melancolías.... muchas gracias por estar y dejarme tu impresión, para mí siempre válida, un abrazo.

Israel Liñán escribió:Un hermoso poema Isabel que nos hace añorar el otoño que no acaba de llegar. El título me hizo recordar una canción de Javier Ruibal que me encanta.

Un abrazo.

Lo que me dice tu boca, también canta Ruibal, gracias por estar y dejar tu amable huella, Israel, un abrazo.