Cruzando el aire los álamos sonoros
Publicado: Sab, 29 Sep 2012 14:15
Mi presente ya ha sido hace un momento.
Y el pasado no es mio ni de nadie.
Mi futuro es mirar por la ventana
y ver como regresan los colores,
y el aroma crecido del jazmín rompiendo los cristales.
Un libro
que me arroja a la cara su verdad
y aprovecha que yo cierro los ojos y la puerta está abierta
para dejarme el pecho sin memoria,
un billete de avión entre las manos,
y una ciudad muy lejos de la vista.
Hay un itinerario, sí, pero no una llamada;
no es el pulso secreto de unos pasos
que van hacia el lenguaje, como esas calles tristes
que no me pertenecen. No es así.
Ahora,
ya suelen ser las tardes dos palomas
que se van alejando en el paisaje hasta quedar sin luz.
Y el aire que se aquieta es tan pacífico,
tan silenciosamente muerto,
que se parece mucho a la nieve que duerme entre la boca
de los renos perdidos.
Dueño de la velocidad de los desiertos,
mi promesa son esos arrumacos
que viven en las sabanas de un niño
Y el pasado no es mio ni de nadie.
Mi futuro es mirar por la ventana
y ver como regresan los colores,
y el aroma crecido del jazmín rompiendo los cristales.
Un libro
que me arroja a la cara su verdad
y aprovecha que yo cierro los ojos y la puerta está abierta
para dejarme el pecho sin memoria,
un billete de avión entre las manos,
y una ciudad muy lejos de la vista.
Hay un itinerario, sí, pero no una llamada;
no es el pulso secreto de unos pasos
que van hacia el lenguaje, como esas calles tristes
que no me pertenecen. No es así.
Ahora,
ya suelen ser las tardes dos palomas
que se van alejando en el paisaje hasta quedar sin luz.
Y el aire que se aquieta es tan pacífico,
tan silenciosamente muerto,
que se parece mucho a la nieve que duerme entre la boca
de los renos perdidos.
Dueño de la velocidad de los desiertos,
mi promesa son esos arrumacos
que viven en las sabanas de un niño