Editorial Alaire

Jugar al gato y al ratón
emociona a las células,
como un cartón ardiente
ahuyenta a las hormigas.
La noche se hace trágica
comedia. Las máscaras
sonríen tras la farsa
de la afamada diversión.
Pasillos que se estrechan
agostando los gritos
de niños desquiciados.
Hay una luz sin marco
al final de la noche,
mas nadie arrima el hombro
cuando la calle asfixia
la voz que engulle el ansia
silente del asfalto.
Callar se impone al ritmo
estruendoso de la urbe,
quizá como la queja obscena
de una carnicería.

Siempre que te leo tengo la sensación de ver cosas que todos nos cruzamos cada día, sin embargo apenas reparamos en ellas.

Es como si detuvieras el tiempo en perfectas instantáneas de vida y nos las ofrecieras en imágenes ampliadas para nuestro disfrute.

Me encantan tus imágenes y esas metáforas que acallan la voz y el alma.

Un placer estar en tus letras Roberto.

Besos.

Muy bien retratada esa instantánea de la noche. Un place leerte
Abrazos
Pilar

Bella pintas y describes esa perpetuidad de la presencia.

Un abrazo

guillermo

Me gusta el ritmo, la armonía, la elocuencia en los versos. Un poema espléndido.
Abrazos

Maria Pilar Gonzalo escribió:Siempre que te leo tengo la sensación de ver cosas que todos nos cruzamos cada día, sin embargo apenas reparamos en ellas.

Es como si detuvieras el tiempo en perfectas instantáneas de vida y nos las ofrecieras en imágenes ampliadas para nuestro disfrute.

Me encantan tus imágenes y esas metáforas que acallan la voz y el alma.

Un placer estar en tus letras Roberto.

Besos.

Escribo sobre la soledad desde la soledad, Pilar. Un abrazo.

Estoy con Liz, imprimes un ritmo al poema magnífico.

Un abrazo.

ROBERTO LÓPEZ escribió:Jugar al gato y al ratón
emociona a las células,
como un cartón ardiente
ahuyenta a las hormigas.
La noche se hace trágica
comedia. Las máscaras
sonríen tras la farsa
de la afamada diversión.
Pasillos que se estrechan
agostando los gritos
de niños desquiciados.
Hay una luz sin marco
al final de la noche,
mas nadie arrima el hombro
cuando la calle asfixia
la voz que engulle el ansia
silente del asfalto.
Callar se impone al ritmo
estruendoso de la urbe,
quizá como la queja obscena
de una carnicería.

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Hermoso poema, amigo Roberto, trufado de encabalgamientos que engalanan el discurso de una unidad entre racimos urbanitas.
Preciosa soledad si en deseo, y tremendo castigo si se pretende compañía.
Hasido un placerleerte. Felicidades.
Un cordial abrazo.

Pilar Morte escribió:Muy bien retratada esa instantánea de la noche. Un place leerte
Abrazos
Pilar

La noche, curiosamente, es "alumbrada" por el foco de la soledad. Abrazos, Pilar.

Guillermo Cuesta escribió:Bella pintas y describes esa perpetuidad de la presencia.

Un abrazo

guillermo

Es una presencia distante, Guillermo, como un testigo que no se identifica nunca tras la sombra de la propia soledad. Saludos.

No sé si advierto cierta similitud en tu poema, con la noche americanizada que se nos viene encima de Halloween Roberto.

Pero decirte que el poeta escribe en sola soledad de soledades...

Un abrazo amigo.

Aunque vivamos rodeados de gente y de amor, la creación, como la muerte, siempre es un acto solitario. Un verdadero placer acudir a tus letras.
Un abrazo.
Pepa

Liz Barrio escribió:Me gusta el ritmo, la armonía, la elocuencia en los versos. Un poema espléndido.
Abrazos

Eres muy amable, Liz. Besos.

Israel Liñán escribió:Estoy con Liz, imprimes un ritmo al poema magnífico.

Un abrazo.

Gracias, Israel. Un abrazo.

Encantado de leer entre estas células emocionadas en el juego del gato y el ratón en que se convierte la vida y uno de los marcos en que se desenvuelve, la ciudad. Un acierto de poema que se lee muy bien.
Salud.