Editorial Alaire

EL SABOR DE LA DERROTA


Cedí ante el más hondo fracaso,

roía la poca razón que afloraba por mis labios,
supe del amargo sabor de la derrota
me atreví a recorrerla vencido, exhausto,
mi vida sangró a borbotones
en un cerco de impávida desesperación
pendiendo del miedo a no reconocerme
al final mis versos temblaban en silencio
comprendían el significado de lo irremediable
y fui dejando mis huellas profundas, manchadas
entre una nevada nostalgia de sombras.


( Basta el silencio para comprender
cuánta sangre se vierte en cada lágrima.)

Creo, Manuel, que sentimos aquello que quieres reflejar, que te apoyas en un excelente poema para ello, que dentro de su magnífico nivel nos reserva lo mejor en su último verso. Ya no podemos dar la espalda a la sórdida belleza que encierran todas la derrotas.
Un saludo.

Gracias por acercarte a mis palabras, en realidad sería una estupidez dar la espalda a las derrotas, se sería derrotado uno doblemente.

Un saludo

Probar el sabor de la derrota deja sin duda el aliento herido pero con más bríos para salir adelante.
Un poema excelente en calidad poética y para reflexionar especialmente.
Mis saludos y felicitaciones.

Un interesante trabajo que relata como si de un corto se tratase, la experiencia del dolor y la amargura.

El cierre es épico.

Un placer de lectura.

gracias por detenerte a leer estas palabras

Un abrazo