Editorial Alaire

La noticia como un eclipse rojo. Voy, vuelvo a la savia
de los caminos, a ese dulzor de las panteras cuando un cuerpo
se acuesta en su adiós.

El calor es simple, mi inocencia no tiene nombre,
las palabras ejercen su músculo de incógnitas y aliento.

Pero está la armonía vieja de la carne y el juego hospitalario
del mar y la breve caricia de un reloj impávido como el azul.

Y gemimos como un cálido desnudo, porque la culpa se asemeja
a la flor que hunde su raíz en la tierra oscura y amanece
en la rutina de los días blancos.

Es el azar la bienvenida, mis espectros pasean la senectud
de los insomnios, o ignoran el mediodía como si borrachos
de nubes aún oyeran su eco.

Podría estar aquí o no, podría el tiempo esconder su columpio
o en el temblor de las mariposas borrar el matojo, la arena, el seco
dominio del color.

Escribo las letras del destino, sin saber, sin querer, oigo mis pasos
sobre la playa ciega.

Existe el surco, el pálpito de la fe, la heroína que busca
un metal en el nido, el hombre robusto que llora.

Hoy muero, ayer morí, moriré mañana igual que un símbolo
de páginas ya escritas.

He vivido en la inocencia de los cánticos y crezco,
crezco hacia la luz como un tótem infinito.

Ramón Carballal escribió: **
Es el azar la bienvenida, mis espectros pasean la senectud
de los insomnios, o ignoran el mediodía como si borrachos
de nubes aún oyeran su eco.

Podría estar aquí o no, podría el tiempo esconder su columpio
o en el temblor de las mariposas borrar el matojo, la arena, el seco
dominio del color.

Escribo las letras del destino, sin saber, sin querer, oigo mis pasos
sobre la playa ciega.
**
Hoy muero, ayer morí, moriré mañana igual que un símbolo
de páginas ya escritas.

He vivido en la inocencia de los cánticos y crezco,
crezco hacia la luz como un tótem infinito.

Magnífico escrito sobre la existencia y la percepción de la vida. Me ha gustado ese sentido que le das al hacer, menos dueño de nuestra voluntad de lo que acostumbramos a pensar; así, todo se reduce a una serie de reacciones naturales de adaptación y búsqueda del placer y la felicidad. La toma de conciencia de ello se convierte en el sentimiento del paso del tiempo en el que el azar juega un papel primordial y el destino final se lee inevitable, aunque esperanzador en la luz.
Salud.

Un trabajo inmenso, Ramón. Emerge una sensación de tránsito íntimo y profundo, de quehacer humano esencial, de gran Poesía.

Los versos finales son grandiosos.

Un abrazo fuerte y muchísimos aplausos.

Hallie

Muy buen poema, Ramón, en el que algunos de sus versos podrían rebelarse y constituir otro poema por su cuenta, y no perderían forma, calidad, ni sentido. Por ponerte un ejemplo de este aparente disparate te haría mención a los cuatro últimos versos.
Hoy muero, ayer morí, moriré mañana igual que un símbolo
de páginas ya escritas.

He vivido en la inocencia de los cánticos y crezco,
crezco hacia la luz como un tótem infinito.Muy logrado, Ramón. Un saludo.

Es el tiempo, la vida, existencia toda que vive en estos conseguidos versos. Felicidades
Abrazos
Pilar

[quote="Ramón Carballal"]

Preciosos versos que discurren suavemente de la culpa al destino en una reflexión honda pletórica de belleza y de un onírico lirismo. Enhorabuena por el poema, Ramón. Abrazos.

Exquisitas reflexiones para poner en cada verso
esa ilustre sensación de las vivencias.

Un placer leerte, amigo

Un abrazo

Guillermo

Un poema que ya había leído, pero vuelvo a disfrutar en la intensidad y belleza de tus recursos poéticos, abundantes, bien logrados y originales. Un gusto, poeta. Mis abrazos de amigo.

Julio González Alonso escribió:

Ramón Carballal escribió: **
Es el azar la bienvenida, mis espectros pasean la senectud
de los insomnios, o ignoran el mediodía como si borrachos
de nubes aún oyeran su eco.

Podría estar aquí o no, podría el tiempo esconder su columpio
o en el temblor de las mariposas borrar el matojo, la arena, el seco
dominio del color.

Escribo las letras del destino, sin saber, sin querer, oigo mis pasos
sobre la playa ciega.
**
Hoy muero, ayer morí, moriré mañana igual que un símbolo
de páginas ya escritas.

He vivido en la inocencia de los cánticos y crezco,
crezco hacia la luz como un tótem infinito.

Magnífico escrito sobre la existencia y la percepción de la vida. Me ha gustado ese sentido que le das al hacer, menos dueño de nuestra voluntad de lo que acostumbramos a pensar; así, todo se reduce a una serie de reacciones naturales de adaptación y búsqueda del placer y la felicidad. La toma de conciencia de ello se convierte en el sentimiento del paso del tiempo en el que el azar juega un papel primordial y el destino final se lee inevitable, aunque esperanzador en la luz.
Salud.

Gracias, Julio, por tan interesante comentario. Un abrazo.

Hallie Hernández Alfaro escribió:Un trabajo inmenso, Ramón. Emerge una sensación de tránsito íntimo y profundo, de quehacer humano esencial, de gran Poesía.

Los versos finales son grandiosos.

Un abrazo fuerte y muchísimos aplausos.

Hallie

Gracia, Hallie, me alegra que te haya gustado el poema. Un fuerte abrazo para ti.

F. Enrique escribió:Muy buen poema, Ramón, en el que algunos de sus versos podrían rebelarse y constituir otro poema por su cuenta, y no perderían forma, calidad, ni sentido. Por ponerte un ejemplo de este aparente disparate te haría mención a los cuatro últimos versos.
Hoy muero, ayer morí, moriré mañana igual que un símbolo
de páginas ya escritas.

He vivido en la inocencia de los cánticos y crezco,
crezco hacia la luz como un tótem infinito.Muy logrado, Ramón. Un saludo.

Gracias, F. Enrique, por tu amable comentario. Un saludo cordial.

Pilar Morte escribió:Es el tiempo, la vida, existencia toda que vive en estos conseguidos versos. Felicidades
Abrazos
Pilar

Gracias por tus palabras, Pilar. Un abrazo.