Editorial Alaire

En el alba ausente de tu voz dormida
amanecí,
liviano,
incandescente.

En la senda tenue de tu piel cansada,
hizo noche el aire salobre
de una lágrima,
y nos vestimos de mar
entre las olas del alma.

Nos encontró el amor
en ese laberinto tembloroso
que puso tu boca al viento,
cimbreando tu cintura
entre la danza ardiente
de tu ropa.

Y fue distinto el latido,
y el grito de tu entraña
fue volcán,
vertiendo la lascivia de mi boca…

A veces se me olvida que te siento,
que nada es mas verdad que tu mirada,
que el cielo son tus senos,
meciéndose al vaivén de mi locura,
que el mar es tu cintura
y el sol, debió nacer
en la espesura brutal que me provoca.

Nos encontró el amor una vez mas…
a quemarropa.

Estupendo poema de amor. La descripción menudea de exquisitos detalles y calidad lírica, de sensualidad, abandono y pasión que resalta el contraste duro del cierre, a quemarropa.
Salud.

Me gusta como el poema empieza tierno y va subiendo de intensidad hasta ese final como un disparo. Un placer.
Un abrazo.
Pepa

Julio González Alonso escribió:Estupendo poema de amor. La descripción menudea de exquisitos detalles y calidad lírica, de sensualidad, abandono y pasión que resalta el contraste duro del cierre, a quemarropa.
Salud.

Un placer leer tus comentarios amigo Julio. Un abrazo

Josefa A. Sánchez escribió:Me gusta como el poema empieza tierno y va subiendo de intensidad hasta ese final como un disparo. Un placer.
Un abrazo.
Pepa

He intentado que el poema fuera tal y como yo concibo el amor. con sus pausas y sus prisas. Muchas gracias por tus palabras Josefa. Un abrazo