Cuando llegas...
Publicado: Sab, 01 Sep 2012 3:03
Tengo miedo de ti,
es de ti que siento miedo,
en medio del silencio que no grita,
del foco de mi cuarto,
más hondo y más ligero,
como perfume de avispas
que me cerca el tuétano
y es que vuelvo a la ventana del alma
y es entonces que surges,
que te aferras al umbral de mi cabello
con la fiereza del trueno vivo
y el junco en medio del agua.
Es de ti y de mí que no me acostumbro.
No puedo sino empezar a contar las calles
que te separan de mi mano,
este péndulo ajeno
de las cosas tuyas,
de tu vestido,
de los carros que cercan tu paso
y de las tantas luciérnagas de helio
que trancurren entre tu lado y el mío.
Y no es sólo del contacto en la palabra
y no es sólo de la luz que lleva el aire.
Es este miedo de manzanas nuevas,
de todo el universo inscrito,
en las amplias zonas que llevan tus ojos
es este miedo a la lucidez extraña y loca,
ahì,
donde el tiempo es un gorrión sin patria
y son mis manos nervios y jacinto,
ante tus manos,
diáfanas y ciertas.
Alberto Madariaga
a Nadia
Mayo de 2011
es de ti que siento miedo,
en medio del silencio que no grita,
del foco de mi cuarto,
más hondo y más ligero,
como perfume de avispas
que me cerca el tuétano
y es que vuelvo a la ventana del alma
y es entonces que surges,
que te aferras al umbral de mi cabello
con la fiereza del trueno vivo
y el junco en medio del agua.
Es de ti y de mí que no me acostumbro.
No puedo sino empezar a contar las calles
que te separan de mi mano,
este péndulo ajeno
de las cosas tuyas,
de tu vestido,
de los carros que cercan tu paso
y de las tantas luciérnagas de helio
que trancurren entre tu lado y el mío.
Y no es sólo del contacto en la palabra
y no es sólo de la luz que lleva el aire.
Es este miedo de manzanas nuevas,
de todo el universo inscrito,
en las amplias zonas que llevan tus ojos
es este miedo a la lucidez extraña y loca,
ahì,
donde el tiempo es un gorrión sin patria
y son mis manos nervios y jacinto,
ante tus manos,
diáfanas y ciertas.
Alberto Madariaga
a Nadia
Mayo de 2011