Editorial Alaire

¡Cuánta sangre de sal corrió en el iris
a sazón de la tarde!
Era imposible y diáfano
y me quedé preguntando
ese por qué bajo tus ojos negros.
Si fuera la palabra un albatros negro
este instante de aplomo y júbilo risible
sería una sombrilla de lechuzas rubias.
Vamos al alma todavía,
pese a la pérdida cierta,
que se calla,
que se grita en los balcones del sueño
cuando la noche pare sus últimos violines
y es el amor y no la culpa
una canción de luto.
Y aunque es la sangre de sal en el iris
y miro correr tus medias por vez novena,
sólo en el labio aterrado,
persiste la campana del frío
y la sensación de lo insondable.

Alberto Madariaga
(2011)

Encuentro, Alberto, fragmentos muy logrados ( Vamos al alma todavía... ... ... una canción de luto), y un equilibrio en todo el poema, que hacen que vuelva a felicitarte.

Un abrazo.

Me gusta la originalidad de las imágenes. Mi felicitación por el poema y un saludo cordial.