DÍAS DE FRESA
Publicado: Jue, 30 Ago 2012 20:00
DÍAS DE FRESA
Aunque tú jamás des crédito a tus sueños,
alguien te estará esperando tras la puerta,
encontrará tu alma el regocijo,
y no serán destellos lo que falte.
Cuando alcances tu sombra
y la retengas
en el frágil sentido de tus labios,
no habrá espacio en tu concepto de infinito
y el amor alcanzado estará oculto
en un bosque de luces y latidos.
Debe haber un lugar donde seamos
más que piedras por el agua acariciadas
y los fuegos de fresa en que habitamos,
nuestros gratos amores
e inquietudes,
nuestra rabia y los monstruos alcanzados,
se mezan entre chispas de vainilla.
Cuando el amor se manifieste entre conductos
y tus castillos de hiedra se emocionen,
podrás saber que tu aliento de diamante
ha alcanzado la gloria entre la bruma.
Donde el inquieto redoble de tu esperanza
pueda olerse entre sollozos y la cumbre
sea para siempre rociada con tu nombre,
tocará el corazón tu melodía,
allá donde las palabras no lleguen
a descorchar la plenitud de tu sonrisa.
Aunque el ritmo de tus pasos nunca sea
como el dulce traqueteo de la guitarra
y te embistan los rugidos de las olas
o las manchas de glucosa en tu diario,
esperaré tu sonrisa de sodio,
tus acuosas palabras de potasio
y el agua de tu amor sobre mi tímpano
como el agua de algún mes del calendario.
¿Serán tus capítulos las teclas negras
de un piano que tragedias y sainetes
acompañe con baladas y silencios?
No puede ser que la profundidad
habite en las trompetas escarchadas,
en la voz de las desgracias y milagros
que juegan a ser contornos
de los vivos.
Aunque no tenga nombre ninguna
de tus brisas
y tu sombra de pila entre huracanes
nos susurre tras la distancia cuajada,
tienes que ser la misma que en mis sueños
me acaricias diluyéndote de cerca.
Aunque el tempo de tus hazañas se resista
al saber del ingenioso
demiurgo,
por qué no habrá susurros de equilibrio
me pregunto, bañado por el aire.
¿Cuándo masticaré la luz completa
que cobije tu verdad junto a la mía
en las páginas de nuestros pasadizos
escritas con volcanes interiores?
¡Dónde dormirán las venas portavoces
del versátil líquido que nos toca,
aunque nunca nos llamemos con la misma
expresión de sentimientos y sonidos!
Aunque tú jamás des crédito a tus sueños,
alguien te estará esperando tras la puerta,
encontrará tu alma el regocijo,
y no serán destellos lo que falte.
Cuando alcances tu sombra
y la retengas
en el frágil sentido de tus labios,
no habrá espacio en tu concepto de infinito
y el amor alcanzado estará oculto
en un bosque de luces y latidos.
Debe haber un lugar donde seamos
más que piedras por el agua acariciadas
y los fuegos de fresa en que habitamos,
nuestros gratos amores
e inquietudes,
nuestra rabia y los monstruos alcanzados,
se mezan entre chispas de vainilla.
Cuando el amor se manifieste entre conductos
y tus castillos de hiedra se emocionen,
podrás saber que tu aliento de diamante
ha alcanzado la gloria entre la bruma.
Donde el inquieto redoble de tu esperanza
pueda olerse entre sollozos y la cumbre
sea para siempre rociada con tu nombre,
tocará el corazón tu melodía,
allá donde las palabras no lleguen
a descorchar la plenitud de tu sonrisa.
Aunque el ritmo de tus pasos nunca sea
como el dulce traqueteo de la guitarra
y te embistan los rugidos de las olas
o las manchas de glucosa en tu diario,
esperaré tu sonrisa de sodio,
tus acuosas palabras de potasio
y el agua de tu amor sobre mi tímpano
como el agua de algún mes del calendario.
¿Serán tus capítulos las teclas negras
de un piano que tragedias y sainetes
acompañe con baladas y silencios?
No puede ser que la profundidad
habite en las trompetas escarchadas,
en la voz de las desgracias y milagros
que juegan a ser contornos
de los vivos.
Aunque no tenga nombre ninguna
de tus brisas
y tu sombra de pila entre huracanes
nos susurre tras la distancia cuajada,
tienes que ser la misma que en mis sueños
me acaricias diluyéndote de cerca.
Aunque el tempo de tus hazañas se resista
al saber del ingenioso
demiurgo,
por qué no habrá susurros de equilibrio
me pregunto, bañado por el aire.
¿Cuándo masticaré la luz completa
que cobije tu verdad junto a la mía
en las páginas de nuestros pasadizos
escritas con volcanes interiores?
¡Dónde dormirán las venas portavoces
del versátil líquido que nos toca,
aunque nunca nos llamemos con la misma
expresión de sentimientos y sonidos!