Editorial Alaire

SECRETO

Aunque no se me vea, ni tan siquiera un ojo,
ni tan siquiera sombras, ni pelos, ni la frente,
aquí en este poema yo estoy cruzando un río
desnudo y sin más peso que el peso de mi cuerpo.

Aunque no se le vea, ni tan siquiera un brazo,
mucho menos los pechos danzando con el agua,
aquí en este poema una mujer desnuda
sin más peso que el aire me espera en la otra orilla.

Aunque no se nos vean ni el pecho ni los labios,
justo aquí en está estrofa, volcados en la hierba,
estamos consumiéndonos sin más peso que el gozo.
Ocurre que este verso lo cruza una paloma.

¡Genial, amigo Jose! No se me ocurre decir otra cosa tras la lectura de este poema en todo original y tan bien escrito. Una estupenda aportación para lo que será un estupendo libro. Con un abrazo.
Salud

Aunque no se vea se siente que a través de la corriente va el amor
motado en las alas de una pacifica ,sensitiva y sensual palama
batiendo el vuelo lírico del poema.

Un abrazo

Guillermo

Gracias amigo Guillermo por leer y comentar.

Excelente aportación al libro de Alaire. Un abrazo.

Muy buen poema. Mi aplauso.
Saludos

Gracias amigo Ramón. Salud.

Gracias Manuel por tu visita y comentario. Salud.

Amigo junco, estoy leyendo tus poemas para el libro, y todos brillan a un gran nivel, este es un ejemplo más de originalidad y vuelta de tuerca al sublimado tema que nos ocupa en dicho libro.

Está poniendo el listón muy alto, apreciado colega.

Sera dífícile seguirte.

Un abrazo.

Un poema que sorprende por su originalidad y belleza. De lujo para el libro, sin duda. Un abrazo, amigo.

Gracias amigo Ferreiro. El listón ya estaba muy alto cuando yo llegué. Un abrazo.

Coincido con todos en el nivel y fuerza del poema. Aplausos y felicitaciones, jose!

Hallie

Precioso Poema, hacía mucho tiempo que no leía un acróstico, y este se desliza suave y limpio sobre la imaginación. Un placer, compañero.

Nos dejas un poema henchido de un descaro delicioso.

Un lujo leer versos tan primorosos como asombrosos.

Un fuerte abrazo.

Gracias amigo Gerardo. Un abrazo. Pepe Junco