CONTORNOS L.IV
Publicado: Lun, 20 Ago 2012 6:10
CONTORNOS
Mujer con la expectativa, con el mar, con los asuntos, con los ojos encendidos y el coraje atado al cuello, si te quedas sin resuello seguro que en tus pulmones anidan duendes que velan para que tu empuje cunda, no ve a ser la marabunta la que te rompa el afán, no van a ser los fantasmas disfrazados, ni las penas, no van a ceder al viento los empeños que te traes, no vas a quedar sin labios, no vas a quedar vencida, tuya será la partida que le ganes al presente y en el borde de la frente te crecerá una esperanza que se irá abriendo camino por los puntos cardinales, que irá encendiéndote un fuego en el pecho resurgente, que te irá abriendo vertientes por los lados de tu cuerpo y vas a verte de mar primero que de miseria, y vas a verte de luna y vas a vestir de estrella y vas a vestir de azul.
Mujer en tu erguida forma de paloma solidaria, en tu mirada, en tu rostro, en tu modo de besar, en los quejidos que llegan desde la bruma a tu pelo, en los muslos donde juega la pasión con el deseo, en el vientre que te marca los destinos de la especie, en la pena y la alegría, te vas a nacer un día detrás de un camino ausente, te vas a dejar los dientes marcados en la porfía. Vas a seguir todavía el rastro de la ilusión, las huellas de los perdidos, la sombra de los vencejos, las hojas de una arboleda; tú vas a ser la primera que te ensanches en lo estrecho, que te sumes al destino, que te enerves y enamores, y con un canto profundo cantarán los ruiseñores el coraje y la hidalguía de tu ser tan entregado. Si no me puede la muerte quisiera estar a tu lado.
Mujer con la expectativa, con el mar, con los asuntos, con los ojos encendidos y el coraje atado al cuello, si te quedas sin resuello seguro que en tus pulmones anidan duendes que velan para que tu empuje cunda, no ve a ser la marabunta la que te rompa el afán, no van a ser los fantasmas disfrazados, ni las penas, no van a ceder al viento los empeños que te traes, no vas a quedar sin labios, no vas a quedar vencida, tuya será la partida que le ganes al presente y en el borde de la frente te crecerá una esperanza que se irá abriendo camino por los puntos cardinales, que irá encendiéndote un fuego en el pecho resurgente, que te irá abriendo vertientes por los lados de tu cuerpo y vas a verte de mar primero que de miseria, y vas a verte de luna y vas a vestir de estrella y vas a vestir de azul.
Mujer en tu erguida forma de paloma solidaria, en tu mirada, en tu rostro, en tu modo de besar, en los quejidos que llegan desde la bruma a tu pelo, en los muslos donde juega la pasión con el deseo, en el vientre que te marca los destinos de la especie, en la pena y la alegría, te vas a nacer un día detrás de un camino ausente, te vas a dejar los dientes marcados en la porfía. Vas a seguir todavía el rastro de la ilusión, las huellas de los perdidos, la sombra de los vencejos, las hojas de una arboleda; tú vas a ser la primera que te ensanches en lo estrecho, que te sumes al destino, que te enerves y enamores, y con un canto profundo cantarán los ruiseñores el coraje y la hidalguía de tu ser tan entregado. Si no me puede la muerte quisiera estar a tu lado.