Editorial Alaire

Pilar Morte escribió:Era el encuentro con aroma de pan horneado,
fuego desconocido que asombraba la harina amasada,
bajo delicias y formas de trigo
con esa levadura que hacía crecer el deseo.

Humeantes chispeaban las caricias
que esperaban en la boca el sabor a miel de brezo
y estremecían el manjar que brotaba de manos verdaderas.

Nos encontraba la hora de la puesta del sol,
con el gesto mirada y palabra,
poema escrito en cada guiño,
y ojos que unían la distancia.

No éramos uno ni dos, el mundo entero en el abrazo,
cuando cosíamos estrellas a los sueños
construyendo un firmamento de galaxias en cada encuentro.
La luz, ese destello que inauguraba el cosmos,
iluminando en colores rincones oscuros
-esas nubes que el cráneo recolectaba tras la tormenta-

No había ausencias que llorar,
ni miedos a los que sucumbir
solo acordes de guitarra, y música testigo de la piel.

Julio González Alonso escribió:Me gustaría ser el primero en felicitarse por la lectura de este evocador poema amoroso, de inicios, de dudas, de todos los descubrimientos. Y felicitar a su autora, como no podía ser de otro modo. Con un abrazo.
Salud.

Luna de Nos escribió:

Pilar Morte escribió:Era el encuentro con aroma de pan horneado,
fuego desconocido que asombraba la harina amasada,
bajo delicias y formas de trigo
con esa levadura que hacía crecer el deseo.

Humeantes chispeaban las caricias
que esperaban en la boca el sabor a miel de brezo
y estremecían el manjar que brotaba de manos verdaderas.

Nos encontraba la hora de la puesta del sol,
con el gesto mirada y palabra,
poema escrito en cada guiño,
y ojos que unían la distancia.

No éramos uno ni dos, el mundo entero en el abrazo,
cuando cosíamos estrellas a los sueños
construyendo un firmamento de galaxias en cada encuentro.
La luz, ese destello que inauguraba el cosmos,
iluminando en colores rincones oscuros
-esas nubes que el cráneo recolectaba tras la tormenta-

No había ausencias que llorar,
ni miedos a los que sucumbir
solo acordes de guitarra, y música testigo de la piel.

Pilar hermosa evocación sin dudas, pero lo que más me llegó es la imagen de saberse 'algo más que dos' como dijo Benedetti, y la estrofa final, como broche especial. Un abrazo, Luna.-

Luna de Nos escribió:

Pilar Morte escribió:Era el encuentro con aroma de pan horneado,
fuego desconocido que asombraba la harina amasada,
bajo delicias y formas de trigo
con esa levadura que hacía crecer el deseo.

Humeantes chispeaban las caricias
que esperaban en la boca el sabor a miel de brezo
y estremecían el manjar que brotaba de manos verdaderas.

Nos encontraba la hora de la puesta del sol,
con el gesto mirada y palabra,
poema escrito en cada guiño,
y ojos que unían la distancia.

No éramos uno ni dos, el mundo entero en el abrazo,
cuando cosíamos estrellas a los sueños
construyendo un firmamento de galaxias en cada encuentro.
La luz, ese destello que inauguraba el cosmos,
iluminando en colores rincones oscuros
-esas nubes que el cráneo recolectaba tras la tormenta-

No había ausencias que llorar,
ni miedos a los que sucumbir
solo acordes de guitarra, y música testigo de la piel.

Pilar hermosa evocación sin dudas, pero lo que más me llegó es la imagen de saberse 'algo más que dos' como dijo Benedetti, y la estrofa final, como broche especial. Un abrazo, Luna.-

Pilar Morte escribió:Era el encuentro aroma de pan horneado,
fuego desconocido que asombraba la harina amasada,
bajo delicias y formas de trigo
con esa levadura que hacía crecer el deseo.

Humeantes chispeaban las caricias
que esperaban en la boca el sabor a miel de brezo
y estremecían el manjar que brotaba de la aurora de las manos.

Nos encontraba la hora de la puesta del sol,
con el gesto mirada y palabra,
poema escrito en cada guiño,
y ojos que borraban la distancia.

No éramos uno ni dos, el mundo entero en el abrazo,
cuando cosíamos estrellas a los sueños
construyendo un firmamento de galaxias en cada encuentro.
La luz, ese destello que inauguraba el cosmos,
iluminando en colores rincones oscuros
cuando iban de tu faz a la mía.
eclipsando las dudas y recelos, porque aún no sabíamos
de dolencias y muerte.

No había ausencias que llorar,
Ni miedos a los que sucumbir
Solo acordes de la guitarra, y esa música que despertaba el alma.
.

Mª José García escribió:Preciosa manera de comenzar el amor.
Y preciosa manera de cantarlo y recordarlo, apasionante.
Es el sentimiento que transmites al leerte, porque lo bordaste.
Que te llegue con cariño mi abrazo y gracias por compartir lo hemroso.