DETRÁS DE LA CORTINA GRIS (L-IV)
Publicado: Mié, 01 Ago 2012 17:09
DETRÁS DE LA CORTINA GRIS
Detrás de la cortina gris
que oculta
la desnudez de este silencio
que en mi cerebro pugna
con otros gritos acallados
hay ruidos que atraviesan
en círculos concéntricos
las calles,
las paredes,
la chatarra virtual que la acería
espera autoindulgente;
hay luces zigzagueantes,
setos, personas,
hay cubos de basura
que emiten sinfonías
en clave de arroz seco
pegado a lozas descompuestas
como constelaciones migratorias
en evasión perpetua hacia el olvido;
hay fuentes que rechinan,
que emiten chorros de cristal cortante
contra labios ávidos de sangre;
hay luces incrustadas
en paredes rocosas que se mueven;
hay movimiento imperceptible
en los granates engarzados
sobre las bastas superficies de caolín silvestre;
hay tufos, fumarolas,
géiseres que enfocan contra el cielo
animales y espíritus;
hay bóvedas celestes barnizadas
en lacas arcillosas,
cielos diseminados
entre el polvo extraído del ocaso;
hay manos, miles,
miles de manos
bajo los bancos de la plaza;
hay niños que se pierden
entre las piernas de sus padres;
hay corazones que se arrastran,
lenguas secas,
labios colgados de las perchas,
miles de abrazos polvorientos.
Y, sin embargo, tú
¿dónde estás esta noche
de silencios flagelados?
Detrás de la cortina gris
que oculta
la desnudez de este silencio
que en mi cerebro pugna
con otros gritos acallados
hay ruidos que atraviesan
en círculos concéntricos
las calles,
las paredes,
la chatarra virtual que la acería
espera autoindulgente;
hay luces zigzagueantes,
setos, personas,
hay cubos de basura
que emiten sinfonías
en clave de arroz seco
pegado a lozas descompuestas
como constelaciones migratorias
en evasión perpetua hacia el olvido;
hay fuentes que rechinan,
que emiten chorros de cristal cortante
contra labios ávidos de sangre;
hay luces incrustadas
en paredes rocosas que se mueven;
hay movimiento imperceptible
en los granates engarzados
sobre las bastas superficies de caolín silvestre;
hay tufos, fumarolas,
géiseres que enfocan contra el cielo
animales y espíritus;
hay bóvedas celestes barnizadas
en lacas arcillosas,
cielos diseminados
entre el polvo extraído del ocaso;
hay manos, miles,
miles de manos
bajo los bancos de la plaza;
hay niños que se pierden
entre las piernas de sus padres;
hay corazones que se arrastran,
lenguas secas,
labios colgados de las perchas,
miles de abrazos polvorientos.
Y, sin embargo, tú
¿dónde estás esta noche
de silencios flagelados?