Retirado para un proyecto personal.
Publicado: Dom, 29 Jul 2012 0:52
Retirado para un proyecto personal.
Foro poético-literario, revista y tienda de libros de la Editorial Alaire. Poemas de todo tipo, relatos cortos, ensayos. Debates, discusiones y todo tipo de estudios sobre temas relacionados con el ámbito literario. Convocatorias de concursos de poesía.
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Isabel Moncayo escribió:Versos preñados de vivas y sensuales imágenes, amigo Gerardo, otra hermosa aportación para el libro.
Un abrazo.
Guillermo Cuesta escribió:Derrochan estos versos la sensualidad de esos deseos que ocupan la palabra
teñida de ese exceso que nunca queda satisfecho a pesar de darle vueltas
a la intención de la metáfora.
Un abrazo
Guillermo
Pilar Morte escribió:Hermoso poema para el libro.
Abrazos
Pilar
Gerardo Mont escribió:Tengo la costumbre de gritar te amo,
cuando de las brumas emergidas, lleno copas;
amaso cuerpos y metrópolis de humo…
Erijo hábitats. Delirios de leña
para el fuego de las culpas.
Tengo la costumbre de embeberte,
cuando tus capullos me acogen en los senos de agua;
cuando al trasvuelo
por tus tierras, todos los dialectos
gritan hachís y cannabis.
Y sobre ambas costumbres, altozanos.
La cuerda floja tendida en los ímpetus del pecho.
Suspenso en las honduras de las formas, perplejo
entre las castas del acero, gritando
todos tus motes en neón, discurro
entre los puertos de tu pelvis.
Y libo en tus fluidos los vértigos del puente
–esa morfología de labios que hilándome, derrochan–
y la geometría del sexo va trazando rascacielos
de ceniza, saciando mi insaciable deseo de creerte…
Soy el crápula instalado en las arterias,
repatriando todos los verbos
para el culto de tu forja, rehaciéndote
en cada lengua que te advierte,
que cuajándote de aromas, te bautiza
urbe pertinaz de mis excesos.
Pilar Morte escribió:Hermoso poema para el libro.
Abrazos
Pilar
Gerardo Mont escribió:Tengo la costumbre de gritar te amo,
cuando de las brumas emergidas, lleno copas;
amaso cuerpos y metrópolis de humo…
Erijo hábitats. Delirios de leña
para el fuego de las culpas.
Tengo la costumbre de embeberte,
cuando tus capullos me acogen en los senos de agua;
cuando al trasvuelo
por tus tierras, todos los dialectos
gritan hachís y cannabis.
Y sobre ambas costumbres, altozanos.
La cuerda floja tendida en los ímpetus del pecho.
Suspenso en las honduras de las formas, perplejo
entre las castas del acero, gritando
todos tus motes en neón, discurro
entre los puertos de tu pelvis.
Y libo en tus fluidos los vértigos del puente
–esa morfología de labios que hilándome, derrochan–
y la geometría del sexo va trazando rascacielos
de ceniza, saciando mi insaciable deseo de creerte…
Soy el crápula instalado en las arterias,
repatriando todos los verbos
para el culto de tu forja, rehaciéndote
en cada lengua que te advierte,
que cuajándote de aromas, te bautiza
urbe pertinaz de mis excesos.