Editorial Alaire

Una serpiente surcará tu boca,
nevada en suave luz y escepticismo
y habrá de gravitar el cataclismo,
en imperfecta noche y muda roca.

Si acaso entonces vives y te aloca
esa inquietud feroz de tibio abismo,
no voltearás la fe, sino al cinismo
que endosas a mi amor cuando te toca.

Y breve sin la escarcha ya del sueño,
en un inmenso túnel de conciencia,
renunciaré sin voz y sin empeño

a la tangible espuma de tu tacto.
Ni en la raíz pervivirá la ausencia,
si vamos a esfumarnos en el acto.

Alberto Madariaga
(2009)
a Fanny

Me gustó este requiem que habla con belleza
Abrazos
Pilar

Alberto Madariaga escribió:
Una serpiente surcará tu boca,
nevada en suave luz y escepticismo
y habrá de gravitar el cataclismo,
en imperfecta noche y muda roca.

Si acaso entonces vives y te aloca
esa inquietud feroz de tibio abismo,
no voltearás la fe, sino al cinismo
que endosas a mi amor cuando te toca.

Y breve sin la escarcha ya del sueño,
en un inmenso túnel de conciencia,
renunciaré sin voz y sin empeño

a la tangible espuma de tu tacto.
Ni en la raíz pervivirá la ausencia,
si vamos a esfumarnos en el acto.

Alberto Madariaga
(2009)
a Fanny

Me fascinan los sonetos porque soy incapaz de armarlos. Este me parece una premonición y lo he disfrutado.
Gracias por compratirlo y saludos.

Gracias Pilar por tu presencia en este poema. Un saludo

Tarde mi respuesta Marisa, pero agradezco firmemente tu visita en este poema. Un saludo

Muy hermoso soneto, Alberto.

Un abrazo.

Alberto Madariaga escribió:Una serpiente surcará tu boca,
nevada en suave luz y escepticismo
y habrá de gravitar el cataclismo,
en imperfecta noche y muda roca.

Si acaso entonces vives y te aloca
esa inquietud feroz de tibio abismo,
no voltearás la fe, sino al cinismo
que endosas a mi amor cuando te toca.

Y breve sin la escarcha ya del sueño,
en un inmenso túnel de conciencia,
renunciaré sin voz y sin empeño

a la tangible espuma de tu tacto.
Ni en la raíz pervivirá la ausencia,
si vamos a esfumarnos en el acto.

Alberto Madariaga
(2009)
a Fanny

Me ha gustado mucho este hermoso y sugerente soneto, Alberto. Un abrazo, ERA