Editorial Alaire

Y tanto flagelarme para nada,
teniendo de por medio la pereza,
que suele proyectar en tu mirada,
reflejos de una crónica tristeza.

Siguiendo el silogismo, reventada
subyace sin dudar mi fortaleza,
así que no me asombra lo escaldada,
que pueda resultarte mi nobleza.

No injurio con mi verbo tu postura,
ni es bien el alabarla con premura,
si aquella me da tanto sufrimiento.

Aunque al mirar mejor, descubro y siento,
una culpable rueda, fiel y oscura,
que cargo por rogarte sin tormento.

Alberto
Madariaga

Sinceramente, buen soneto.
un placer leerte

Guillermo

He pasado con disfrute por este hermoso soneto. Un placer visitarte
Abrazos
Pilar

Y tanto flagelarme para nada,
teniendo de por medio la pereza,
que suele proyectar en tu mirada,
reflejos de una crónica tristeza.

Siguiendo el silogismo, reventada
subyace sin dudar mi fortaleza,
así que no me asombra lo escaldada,
que pueda resultarte mi nobleza.

No injurio con mi verbo tu postura,
ni es bien el alabarla con premura,
si aquella me da tanto sufrimiento.

Aunque al mirar mejor, descubro y siento,
una culpable rueda, fiel y oscura,
que cargo por rogarte sin tormento.

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Hermoso soneto, amigo Alberto, donde dejas un ritmo yámbico en todos los versos y, además, sin contradicciones.
La terminología me parece acertada, el discurso bien hilvanado (pienso que sobran la mayoría de comas).
Ha sido un placer leerte. Felicidades.
Un cordial abrazo.

Gracias Guillermo por tu visita en mis letras. Un saludo.

Un gusto Pilar que este poema te haya gustado. Un saludo

Un gusto Rafa que tu presencia se haya pasado en este poema. Te mando un saludo.

Un soneto clásico bien trabajado que ha sido un placer leerte.
Un abrazo.
Pepa