Editorial Alaire

Óyeme bien, amor, cuando te digo
que no pretendo el ala de tu ocaso,
dormido en el fragor de un sordo vaso
para mimetizarse entre tu ombligo.

Consagro lo anterior mientras consigo
no desnudar mi antojo en vuelo raso;
que toda proporción de nuestro caso
no puede conformarse en ser tu amigo.

Así que mil disculpas vida mía
si a tu propuesta fiel de lo fraterno
yo suelo responder en forma fría

el preferir ser viento en seca rama,
al no encontrar más pérfido el infierno,
siendo tu amigo y viéndome en tu cama.

Alberto Madariaga

Un soneto muy interesante, amigo Alberto, sobre todo en los dos tercetos.

Todo un placer de lectura.

Un abrazo.

Un soneto que leí con sumo agrado
Abrazos
Pilar

Me gustó leer este soneto bien escrito y bello. Saludos, Alberto.

Hermoso soneto, amigo Alberto, donde relatas en inconformismo del amante que renuncia a ser solo un amigo.
Ha sido un placer leerte. Felicidades.
Un cordial saludo.

Hermoso trabajo, Alberto.

Felicitaciones y aplausos,

Hallie