Bañarse con jabón de chocolate
Publicado: Mar, 18 Mar 2008 18:06
Bañarse con jabón de chocolate
Te sientas en el banco de plaza que mira al muro que chilla
Los pájaros pintados remontan en el humo blanco
Y miras la luna abrochada en al tabla azul de las estrellas
Los números quebrados de la lluvia lavarán la brea, cuando se le arrastren como babosas, los faros de los autos
Respiras y abres los brazos como dejando los remos de un bote tirados en el pasto
Te relames los labios que huelen a fruta, te rascas las pantorrillas como pasándoles la espuma del beso de algún gato
Te olfateas el hombro como husmeando en un nido de pelos, lo inhalas todo junto como a un bombón de crema, y cierras los ojos transpirando
Te has bañado a oscuras en el baño húmedo como una planta
Has pisado la borra del jabón castaño con los talones titilantes como dos campanas, y has cantado
Piensas que quieres beber cerveza con muchachos que ríen, sientes que quieres que te lleven entre las rosas los soldados
Amas la nuca de los hombres recién afeitada, sus venas rojas y su aroma a arena y a suela de zapatos
Te gusta abrir las ventanas pequeñas como liberando conejos en un jardín, y te gusta que el sol te abra la cara con sus manos
Ayer soñaste que te comía un tiburón gigante color lila, lo sientes todavía masticándote el pelo como un degenerado, sientes su boca que derrama acritud de pomelos podridos y tabaco
Sentada en el banco que mira al muro que chilla, cuentas los tucanes de fuego trazados en el fango
Recuerdas que te agrada viajar en auto, volver de lugares concurridos, oler las calles cuando están vacías, deslizarte sobre las alas negras del asfalto
La noche es para ti como un vestido bien corto, ideal para acostarse en el balcón, y que te rueden los cometas en el vientre
Escuchas la radio a todo galope y pones muchas pavas a hervir como si fuesen velas
En los patios hay medias colgadas que hacen malabares como monos procurando una caricia
Te gusta echarte en el viento como en una canasta, frotarte kilos de cremas transparentes que hieden como peras
Cuando te peinas rememoras los espejos que te vieron hacer el amor, y si lees lo haces casi a punto de tener un orgasmo por las piernas
Te han llenado la mesa del comedor de flores muertas, todos los hombres se te entregan al anochecer como los pájaros que pican las estrellas
Sueles citarte con amores en los lavaderos de taxis, en las canchas de tenis abandonadas o en las escaleras de las tiendas
Y todas las veces te quitas los zapatos y los revuelves en corazones de violetas
Tomándote de la cintura de los muebles deambulas por la casa con la lengua afuera, bramas al entrar en el costado del sol de la cochera
Inventas la forma de un amante que te toma sobre el colchón atando tu cola de sirena de mil leguas
Sentada en el banco desearías fumar como un marino, quisieras escupir a las hormigas, y que te salve la mirada definitiva y oscura de una bestia
Rafael Teicher
Te sientas en el banco de plaza que mira al muro que chilla
Los pájaros pintados remontan en el humo blanco
Y miras la luna abrochada en al tabla azul de las estrellas
Los números quebrados de la lluvia lavarán la brea, cuando se le arrastren como babosas, los faros de los autos
Respiras y abres los brazos como dejando los remos de un bote tirados en el pasto
Te relames los labios que huelen a fruta, te rascas las pantorrillas como pasándoles la espuma del beso de algún gato
Te olfateas el hombro como husmeando en un nido de pelos, lo inhalas todo junto como a un bombón de crema, y cierras los ojos transpirando
Te has bañado a oscuras en el baño húmedo como una planta
Has pisado la borra del jabón castaño con los talones titilantes como dos campanas, y has cantado
Piensas que quieres beber cerveza con muchachos que ríen, sientes que quieres que te lleven entre las rosas los soldados
Amas la nuca de los hombres recién afeitada, sus venas rojas y su aroma a arena y a suela de zapatos
Te gusta abrir las ventanas pequeñas como liberando conejos en un jardín, y te gusta que el sol te abra la cara con sus manos
Ayer soñaste que te comía un tiburón gigante color lila, lo sientes todavía masticándote el pelo como un degenerado, sientes su boca que derrama acritud de pomelos podridos y tabaco
Sentada en el banco que mira al muro que chilla, cuentas los tucanes de fuego trazados en el fango
Recuerdas que te agrada viajar en auto, volver de lugares concurridos, oler las calles cuando están vacías, deslizarte sobre las alas negras del asfalto
La noche es para ti como un vestido bien corto, ideal para acostarse en el balcón, y que te rueden los cometas en el vientre
Escuchas la radio a todo galope y pones muchas pavas a hervir como si fuesen velas
En los patios hay medias colgadas que hacen malabares como monos procurando una caricia
Te gusta echarte en el viento como en una canasta, frotarte kilos de cremas transparentes que hieden como peras
Cuando te peinas rememoras los espejos que te vieron hacer el amor, y si lees lo haces casi a punto de tener un orgasmo por las piernas
Te han llenado la mesa del comedor de flores muertas, todos los hombres se te entregan al anochecer como los pájaros que pican las estrellas
Sueles citarte con amores en los lavaderos de taxis, en las canchas de tenis abandonadas o en las escaleras de las tiendas
Y todas las veces te quitas los zapatos y los revuelves en corazones de violetas
Tomándote de la cintura de los muebles deambulas por la casa con la lengua afuera, bramas al entrar en el costado del sol de la cochera
Inventas la forma de un amante que te toma sobre el colchón atando tu cola de sirena de mil leguas
Sentada en el banco desearías fumar como un marino, quisieras escupir a las hormigas, y que te salve la mirada definitiva y oscura de una bestia
Rafael Teicher