Editorial Alaire

Dolientes

Se les rompió el cristal en que probaron

el delicado elixir del sempiterno amor,

se les quedó difunto y fragmentado.

Pausadamente se han ido desgajando,

las manos se les han quedado huecas

y los ojos les sobreviven sin patria,

inquiriéndose en la umbría.

Como niños perdidos se buscan día y noche

en pos uno del otro por la furtiva estancia.

A pesar del tanteo sólo hay desencuentro

y se confrontan como dolientes encariñados.

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© MAR

Sube de la Sala de Espera.

Restaurar el cristal roto es en el amor cuando el desencuentro se hace verdad. Un gusto pasar por tus versos que son humanos y nos acercan a realidades próximas.
Abrazos
Pilar

Es un buen poema pero me deja un sabor amargo por la sensanción de soledad y desamparo que transmite. Un abrazo.

Marisa, suele pasar, a veces no basta con intentarlo, por mucho empeño que se ponga siempre surge el desencuentro. Es un placer pasar por tus letras. Un abrazo. Soledad

[quote="Marisa Peral"]

Roto el cristal, el resto se convierte en una deriva sin rumbo. A partir de ahí, el dolor se enseñorea del antiguo reino del placer. Un placer leerte, Marisa. Abrazos.

Pilar Morte escribió:
Restaurar el cristal roto es en el amor cuando el desencuentro se hace verdad. Un gusto pasar por tus versos que son humanos y nos acercan a realidades próximas.
Abrazos
Pilar

Gracias, Pilar, nunca me han gustado los cristales rotos. Es un gusto tu paso y tus palabras.
Abrazos.

Ramón Carballal escribió:
Es un buen poema pero me deja un sabor amargo por la sensanción de soledad y desamparo que transmite. Un abrazo.

¡Eso pretendía, Ramón! si lo he conseguido contigo me siento satisfecha. Gracias y un abrazo.

MarRevuelta escribió:Marisa, suele pasar, a veces no basta con intentarlo, por mucho empeño que se ponga siempre surge el desencuentro. Es un placer pasar por tus letras. Un abrazo. Soledad

Así es, Soledad, intentarlo es inútil y no hay voluntad por las dos partes.
Gracias por detenerte siempre en mis versos.
Un abrazo.

ROBERTO LÓPEZ escribió:

Marisa Peral escribió:
Roto el cristal, el resto se convierte en una deriva sin rumbo. A partir de ahí, el dolor se enseñorea del antiguo reino del placer. Un placer leerte, Marisa. Abrazos.

A veces el cristal es un reflejo irreal y es mejor que se rompa para evitar una rutina muda y escorada.
Un placer que me leas, Roberto.
Abrazos.