Editorial Alaire

ROBERTO LÓPEZ escribió:El tiempo cura todo,
dicen. No es cierto.
Sólo lo cubre de una capa de polvo.
Quedan hoyos y agujeros,
cráteres que no llenan
el polvo y la ceniza del incendio.
Cualquier símil de llama
inflama este universo de tristeza:
un arrebol lejano,
la chispa de tus ojos en el presente eterno,
una bandera roja
que agita al viento su andanada
de libertad escarnecida.
Hay que mojar el suelo de estas bocas
que piden sal, amor, caricias nuevas,
para que no devoren, ávidas,
lo que queda de mí sin devastar.

Pilar Morte escribió:El tiempo cura las heridas pero deja la huella de la cicatriz. Tu poema tiene versos hermosos que he disfrutado.
Abrazos
Pilar

ROBERTO LÓPEZ escribió:
El tiempo cura todo,
dicen. No es cierto.
Sólo lo cubre de una capa de polvo.
Quedan hoyos y agujeros,
cráteres que no llenan
el polvo y la ceniza del incendio.
Cualquier símil de llama
inflama este universo de tristeza:
un arrebol lejano,
la chispa de tus ojos en el presente eterno,
una bandera roja
que agita al viento su andanada
de libertad escarnecida.
Hay que mojar el suelo de estas bocas
que piden sal, amor, caricias nuevas,
para que no devoren, ávidas,
lo que queda de mí sin devastar.

Josefa A. Sánchez escribió:Hay heridas que no se curan nunca, pero el tiempo hace que nos acostumbremos al dolor, como al de una jaqueca recurrente, que despierta cada tanto, para recordarnos que tenemos cabeza. Tu poema me toca íntimamente.
Un abrazo.
Pepa

Liz Barrio escribió:Me gustan estos profundos y musicales versos. Mucho he disfrutado leerte.
Un abrazo

Blanca N. García González escribió:Roberto, coincido con tu escrito
el que me ha gustado leer, un
saludo cordial para ti.

Juan Fionello escribió:Me gustan los poemas que consiguen mantener una reflexión tan coherente y acertada sin renunciar al lirismo ni caer en el didactismo. El poema fluye maravillosamente.

Un abrazo.