En todo homenaje hay algo de impostura
Publicado: Jue, 28 Jun 2012 18:27
No hay memoria sin un rastro de flores esquivas.
El color y la palabra, el eco de una noche que
almacena olvidos, la luz que ampara el rebumbio
de la sangre. Nuestros cuerpos son albos, nuestra
sonrisa se oscurece entre alientos sin número
y rosas escondidas que viajan a su edad. Todos
los edificios admiten un resplandor pero no mi
ojo triste ni mis vacios ni las llagas de la tierra
con sus calvas de azúcar. ¿Y qué si lo simple
se arrodilla en letras que engarzan la cicuta
de la pasión, el entendimiento que transcribe
sus horas de almíbar a códigos sin mapa
que rozan la algarabía del insomnio? No
entiendo las fotografías que convierten
en ambiguo el osario, el rojo calambre
en comodín inexperto. Círculos que han viajado
disculpan la errata de un sacrilegio, cada
episodio es un mar inútil cuando las olas
del encuentro dibujan un racimo de cánticos
que son artificio y nunca verdad, declamación
sin horóscopo, que invita al aplauso o a cercenar
la dudosa cicatriz de la plata.
El color y la palabra, el eco de una noche que
almacena olvidos, la luz que ampara el rebumbio
de la sangre. Nuestros cuerpos son albos, nuestra
sonrisa se oscurece entre alientos sin número
y rosas escondidas que viajan a su edad. Todos
los edificios admiten un resplandor pero no mi
ojo triste ni mis vacios ni las llagas de la tierra
con sus calvas de azúcar. ¿Y qué si lo simple
se arrodilla en letras que engarzan la cicuta
de la pasión, el entendimiento que transcribe
sus horas de almíbar a códigos sin mapa
que rozan la algarabía del insomnio? No
entiendo las fotografías que convierten
en ambiguo el osario, el rojo calambre
en comodín inexperto. Círculos que han viajado
disculpan la errata de un sacrilegio, cada
episodio es un mar inútil cuando las olas
del encuentro dibujan un racimo de cánticos
que son artificio y nunca verdad, declamación
sin horóscopo, que invita al aplauso o a cercenar
la dudosa cicatriz de la plata.