Elegía por el Gobierno de la Nación en su lecho... (L X)

[Josefa A. Sánchez]

Me sumo a cada uno de los compañeros en su apreciación de este poema. Ajustado en la métrica construyes unos versos de una gran altura lírica, con imágenes realmente impactantes. Mi ovación cerrada y sostenida.
Un abrazo.
Pepa

[Rafel Calle]

Debía volver a este maravilloso trabajo. Es, por así decirlo, un compendio del discurso que he tratado de transmitir desde que habito el mundo del poema.

Un poema sin rima clásica, pero con una musicalidad mucho más natural que si tuviera rima en el axis rítmico de la estrofa (rima desde la penúltima sílaba). Un poema que, sin las evidencias estilísticas de la rima clásica, logra una cadena rítmica que está muy cerca de la perfección musical. Y todo ello es producto de la técnica. La técnica logra que cada palabra esté en su sitio, como si cada sílaba fuera inseparablemente hermana de la otra (continuas aliteraciones, rima interna perfectamente encadenada…).

Pero hay más, mucho más. El autor trabaja un verso compuesto donde demuestra una gran pericia métrica -apenas hay tres detalles mejorables-. La métrica es, en sí misma, una virtud estética y no solo hablo de los versos medidos de antemano, sino que todos los versos, se hayan medido o no, tienen una virtud estética que inevitablemente se resuelve en una tipología métrica. Podemos hablar de alejandrinos, pero sería lo mismo que habláramos de cualquier otro tipo de verso; todos los versos son iguales. Quiero decir que nacen de la estética literaria y del talento metafórico, tanto si se han medido, como si no. Para escribir un verso, no hace falta ninguna medición, pero, una vez escrito, el verso siempre tendrá una medición.

Solo falta añadir un discurso alegórico plagado de recursos literarios, donde, otra vez, resplandece la técnica del autor para brindarnos una obra que se puede recitar hoy, mañana o en un futuro lejano, pero siempre estará tan lozana como el primer día. El sistema no cambia, unos están arriba y otros están abajo. Los de abajo tienen la obligación de intentar subir, porque ello es una consecuencia del sistema y, por tanto, forma parte del sistema.

Ha sido un placer leerte. Felicidades, estimado colega, por esta obra, obviamente de las buenas, pero no solo por ella, sino porque te veo una afortunada evolución literaria dentro de una poética filosófica de lo más admirable.

Un cordial abrazo.

[Nadia Conde]

Juan, un gusto leer este excelente poema. Saludos afectuosos.

[Marisa Peral]

[quote="Juan Fionello"]


Recibe mi lamento, viejo esclavo del orden,
contempla esta cobarde colonia de plañidos,
pero teme a su prole, a sus hijos hambrientos,
porque serán sus uñas las que cierren tus párpados.



Un placer, Juan, encontrar un poema tan lúcido.
Felicidades por esta magnífica entrega.
Un abrazo.

[Ramón Ataz]

Debía volver a este maravilloso trabajo. Es, por así decirlo, un compendio del discurso que he tratado de transmitir desde que habito el mundo del poema.

Un poema sin rima clásica, pero con una musicalidad mucho más natural que si tuviera rima en el axis rítmico de la estrofa (rima desde la penúltima sílaba). Un poema que, sin las evidencias estilísticas de la rima clásica, logra una cadena rítmica que está muy cerca de la perfección musical. Y todo ello es producto de la técnica. La técnica logra que cada palabra esté en su sitio, como si cada sílaba fuera inseparablemente hermana de la otra (continuas aliteraciones, rima interna perfectamente encadenada…).

Pero hay más, mucho más. El autor trabaja un verso compuesto donde demuestra una gran pericia métrica -apenas hay tres detalles mejorables-. La métrica es, en sí misma, una virtud estética y no solo hablo de los versos medidos de antemano, sino que todos los versos, se hayan medido o no, tienen una virtud estética que inevitablemente se resuelve en una tipología métrica. Podemos hablar de alejandrinos, pero sería lo mismo que habláramos de cualquier otro tipo de verso; todos los versos son iguales. Quiero decir que nacen de la estética literaria y del talento metafórico, tanto si se han medido, como si no. Para escribir un verso, no hace falta ninguna medición, pero, una vez escrito, el verso siempre tendrá una medición.

Solo falta añadir un discurso alegórico plagado de recursos literarios, donde, otra vez, resplandece la técnica del autor para brindarnos una obra que se puede recitar hoy, mañana o en un futuro lejano, pero siempre estará tan lozana como el primer día. El sistema no cambia, unos están arriba y otros están abajo. Los de abajo tienen la obligación de intentar subir, porque ello es una consecuencia del sistema y, por tanto, forma parte del sistema.

Ha sido un placer leerte. Felicidades, estimado colega, por esta obra, obviamente de las buenas, pero no solo por ella, sino porque te veo una afortunada evolución literaria dentro de una poética filosófica de lo más admirable.

Un cordial abrazo.

Mis disculpas a los compañeros que han tenido la amabilidad de comentar este poema por variar ligeramente el orden de los comentarios, pero en riguroso orden ahora debía contestar a Rafel y prefería contestar a la vez a los dos comentarios que me ha dejado.

Hola Rafel, ante todo muchas gracias por tus dos comentarios, no solo me alegra que te haya gustado el poema, si no que me honra. Me he reído con ese "ya no engañas a nadie" que tan simpáticamente me dedicas. Lo cierto es que espero haber aprendido algo en estos años en los que he tenido la oportunidad de leer las obras de otros compañeros, los comentarios tanto tuyos como de otros poetas, ya sea a mis poemas o a otros, las siempre oportunas correcciones que ayudan no solo a mejorar, si no a entenderlo todo mejor. Pero sigo afirmando, desde el realismo más que desde la humildad, mis carencias en el terreno de la teoría en estas lides de la métrica.

Siempre he pensado que Alaire no solo ofrece la oportunidad de ser leído y leer a otros poetas, sino que además ofrece la oportunidad de aprender a leer la poesía. Y leyendo poesía es como mejor se aprende. Te agradezco a tí en especial, Rafel, esa forma tan estimulante de comentar destacando las bondades de un poema sin ocultar los defectos, pero siempre de una forma constructiva.
Este poema comenzó siendo una Oda con pretensiones irónicas, de ahí los alejandrinos, pero pronto los versos tomaron un derrotero muy distinto, más ácido que irónico, más doloroso que divertido, y pensé que en realidad estaba escribiendo una especie de elegía, que es lo que terminé asumiendo.
Te agradezco sinceramente los detalles que alabas respecto del poema, nacidos de tu generosidad y de esa vocación casi docente que te suele animar y que recibo como un estímulo para continuar dudando de casi todo lo que escribo, seguro de que esa es la mejor forma de seguir aprendiendo.

Un abrazo, compañero.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Un poema “justo y necesario” para los momentos que nos toca vivir. La mentira se instaurado en todos los órganos de nuestras vidas como un metástasis sin cura posible. La verdad es que el desengaño resulta duro y desolador.

Suscribo esta magnífica cuarteta final:

Recibe mi lamento, viejo esclavo del orden,
contempla esta cobarde colonia de plañidos,
pero teme a su prole, a sus hijos hambrientos,
porque serán sus uñas las que cierren tus párpados.

Un abrazo, amigo Ramón

[Hallie Hernández Alfaro]

Ovación cerrada y sostenida, compañero! Trazos firmes, hermosos y notables.

Lo volveremos a leer en la Posteridad,

Un abrazo fuerte,

Hallie

[Gerardo Mont]

Estimado Juan, sumo mis aplausos a los de los compañeros, por esta obra sobresaliente, que dice mucho, bien dicho y poéticamente impecable. Hay originalidad, profundidad, belleza y sentimiento en tu trabajo y no solo en éste, sino en lo que te he leído, ya eres un POETA, así con mayúscula, armado de esa poderosa palabra que llega profundo. Aplausos y abrazos de amigo.

[Ramón Ataz]

Juan un intenos poema escrito con notoria calidad literarias nos dejas. Me gustó y lo disfruté leyendo

saludos
rafael

Muchas gracias, Rafael, eres muy amable al dejarme estas palabras.

Abrazos.

[Ramón Ataz]

La verdad es que uno se estremece al leer un poema tan lúcido y demoledor como éste. Creo, además, que transciende al momento coyuntural que vivimos porque es un retrato que pone al descubierto el verdadero rostro del poder. Mi más sincera felicitación por tan lograda obra. Un abrazo.

Ramón, leer este comentario de tí, al que admiro profundamente por tu calidad y coherencia poética y humana, me enorgullece. Muchas gracias.

Un abrazo.

[Ramón Ataz]

Aplaudo este poema, fondo y forma impecables.
Un saludo, Juan.

José María, disculpándome por la tardanza en mi respuesta, te agradezco sinceramente tu paso y comentario.

Un saludo.

[F. Enrique]

Vaya Juan, es muy triste que tengamos que vestirnos del pesimismo que inundó nuestra poesía en la decadencia de los últimos Austrias, por culpa de quienes deberían haber defendido nuestros derechos y libertades. Has demostrado tu talento en este tipo de composición, en las que se suele provocar al lector con tópicos con los que se identifica, llamativos pero a veces carentes de fondo; tú haces verdadera poesía y dices cosas que nos llevan a la reflexión. Por cierto, ¿el señor de la barba es el Conde-duque de Olivares?

Un abrazo.

[Administración Alaire]

Enhorabuena, amigo Juan, por el reconocimiento como Poema de la Semana a tu obra "Elegía por el Gobierno de la Nación en su lecho de muerte".
Un cordial abrazo.

[Quinteño de Greda]

Mi más sincera enhorabuena Ramón por tan distinguido galardón.
Un fuerte abrazo.

[J. J. Martínez Ferreiro]

Merecido rojo a este mágnífico poema de corte social, tan necesarios en estos duros tiempos.
Hay que darles duro y a la cabeza.

Un abrazo, amigo Ramón.