NOVIEMBRE HAMBRIENTO
Publicado: Sab, 16 Jun 2012 15:11
Noviembre arropa mi llanto.
Llanto que en otros días me trajo
alegrías a mi paso.
La luna cubierta de oro,
en la niñez me cogió abrazo...
¡Y me contó cosas del mundo; y
a mi vida le dió un nuevo acento,
y en mí, dejó un buen pasado,
que nunca jamás lamento.
Dos décadas llevo ahora en mi espalda,
desde que tuve una infancia grata, savia.
Y dejó néctar de amor en mi vida.
Y dejó en mi corazón, su huella blanca.
Me dió la luz ténue de la luciérnaga,
dejó en mi boca, el sabor de la manzana.
Tres espinas clavadas llevo en mi pecho.
El otoño, como plomo gris, hambriento,
cruel, ha aullido en la noche junto al viento,
quitándome lo que la vida me dió,
cuando veinte años atrás, era mi sueño.
Me arrebató tres rosas. Me dejó el silencio.
¡¿Cómo puede Noviembre, mudo, quieto,
fatigado, detenido en el cielo,
gritarle al viento y tocar su oído,
y yo no puedo oírlo, en ningún momento?!
Tres vidas se han desvanecido de mi vida,
apagando el brillo de la lluvia,
llevándose la luz de la tarde,
hacia las tinieblas grises oscuras.
Ya no me atrevo a mirarte Noviembre.
Pues, con tu semblante, me engañaste.
Tu esencia dulce refulge en la noche.
Ya no me confundes... ¡Arrogante!
En tus ojos desnudos, hay sangre.
En tus días tristes, yace la muerte.
Al momento. Al instante.