Editorial Alaire

De ti todo lo tuve,
se despertó junto a mí en interminables madrugadas,
cuando en la orilla del crepúsculo con relámpagos tejías
el diapasón de la luz para que mis sentidos latieran,
y al ritmo de sus notas, fértil la sementera de tus manos
en los temperos de mi piel cultivaban retoños de ternura.

Aquí estuvo en plenitud
y habitó la torrentera de mis venas, donde enredaderas de sangre
por las barandas del deseo con avidez ascendían
y al amor se entregaban en prolongado latido.
Arreciaba como un diluvio de fuego la fiebre en nuestros sexos,
sentí entonces oriflamas de pasión que en la carne se alzaban.

Desconocí el por qué,
pero el invierno se extendió igual que sombras y el frío de la soledad
se atrincheró como una loba, temblaba en nuestros cuerpos el futuro.
El agua de tu distancia se hizo sed y fue abrasando a cada instante
los presagios de tu labios y todo fue un pulso herido, una derrota,
y el tiempo que te amé sin condiciones murió en mis brazos.

Ahora nada queda,
ni siquiera la esencia del vacío que que destila la alquimia de tu ausencia,
ni tus huellas del mar borrándose en las arenas de mis huesos,
tampoco reliquias de tu voz que pudieran del silencio salvarnos.
Ya sólo espero que el olvido aparezca para despojar lo que fuimos,
y sobre los escombros del corazón, nuestro epitafio escriba.

Una delicia de lectura. Me ha encantado. Saludos.

Todo es bello en este poema especular y triste. Abrazos, Rafael.

Cuánta razón te asiste, porque la memoria es nada. No más que la fantasmagoría inerte del pasado que se desvanece lentamente para perderse en el vacío de su inexistencia.

Juan Marcos

Rafael Valdemar escribió:De ti todo lo tuve;
estuvo junto mi piel, y mis sentidos, en interminables madrugadas,
cuando tejía con relápagos los besos de la luna
y por el tacto de la lluvia descendían tus manos
que en las besanas del aire cultivaban los jacintos.

Aquí estuvo en plenitud
y habitó la torrentera de mis venas, donde enredaderas de sangre
por las barandas del deseo audaces ascendían
y al amor se entregaban en prolongado latido.
Arreciaba como un diluvio de fuego la fiebre en nuestros sexos,
sentí entonces oriflamas de pasión que en la carne se alzaban.

Desconocí el por qué,
pero el invierno se extendió igual que sombras y el frío de la soledad
se atrincheró como una loba, temblaba en nuestros cuerpos el futuro.
El agua de tu ausencia se hizo sed y fue abrasando a cada instante
los presagios de tu labios y todo fue un pulso herido, una derrota,
y el tiempo que te amé sin condiciones murió en mis brazos.

Ahora nada queda,
ni tan siquiera la alquimia que destila la esencia del vacío,
ni las huellas del mar borrándose en las playas de mis huesos.
Tampoco espero que el olvido montado sobre la grupa de la tarde
aparezca y escriba sobre los escombros del corazón nuestro epitafio.

Una bella relación entre el sentir y el ambiente. La geografía del entorno
resuena en versos con cadencia y belleza , al mismo tiempo.
Buen poema Rafael

abrazos

lázaro.

Lírico y magnífico poema aunque termine en desamor. Un placer pasar por aquí

Mi abrazo

Guillermo

[quote="Rafael Valdemar"]

Precioso poema, Rafael, versos preciosos llenos de amor nostálgico que acaba, irremediablemente, en esa nada temida.
Un placer recorrer cada estrofa.
Abrazos.

He disfrutado este poema porque es hermoso y sus versos llenan de amor a pesar de su tristeza. Un gusto seguir tu palabra
Abrazos
Pilar

Estela gracias por pasarte por el poema y dejar tus palabras

saludos
rafael

Canta la belleza de tus versos, el desamor, con gran arte, que cautiva y se disfruta. Un lujo de lectura, poeta. Mis abrazos de amigo.

Ciertamente amor y desamor se llevan demasiado bien, uno, nos agarra, el otro nos desgarra, yo prefiero siempre escribirle al amor y desde el amor, no creas, también tengo algunos poemas dolidos de nostalgias, esas imágenes que aleas entre amor y naturaleza me encantan, yo las uso mucho también, las dos primeras estrofas me parecen estupendas, sin desmerecer las restantes

Un placer, Rafael.

Abrazos

Cuando leeo un poema de ésta magnitud, escrito con elegancia y rico en imagenes metafóricas, sólo cabe mis aplausos más sonoros.
Un disfrute para la mente pasar por aquí.
Saludos muy cordiales.

Hola Rafael.
La tristeza en ocasiones puede ser bella, amigo mío, y en este poema tuyo lo es, sin ninguna duda.
Un placer leerte. Abrazos.
Mario.

Rafael Valdemar,

poema que atrapa
y abre su corazón a la tristeza poética

Un abrazo fuerte, querido amigo

Roberto gracias por pasarte por el poema y dejar tus palabras

saludos

rafael