Federico Rivelott, el Fran Sinatra de los Rapsodas
Publicado: Mié, 30 May 2012 17:11
Federico Rivelott, el Frank Sinatra de los rapsodas.
Eres la voz del poeta,
con alma de ruiseñor,
es tu garganta un prodigio
¡Federico Rivelott!.
Tu voz, se quiebra en el viento,
como el pájaro cantor.
cuando tu canto es quejío
de pura modulación;
el verso se reconvierte,
cuando acaricia tu voz,
y entonces se abre tu pecho
¡ay,! como se abre la flor,
y los espacios vacíos,
tú los llenas de calor
deshojando las palabras,
como pétalos de amor.
Y el verbo, cobra su vida,
dentro de tu corazón,
como florece la espiga,
en los campos del Señor.
Y la parva, se hace grano,
y el grano se hace canción,
al ver a los jornaleros
tan calaitos de sudor,
al tajo de su sustento
sin importarles el sol,
que no hay trabajo penoso,
cuando recita tu voz.
Yunque, martillo y metal,
herramientas tuyas son.
que forjando vas los sueños
en los versos de pasión,
aquellos de tu recite
de la perfecta dicción,
aquella de voz profunda
que templa tu corazón.
De Jerez de la Frontera,
¡caballito bailaor!
que tu río Guadalete
de tronío te dotó.
Manuel Benítez Carrasco
tu bautismo y comunión,
la fe de tu credo y canto
como a Lola, Caracol.
Tu voz que nunca se apague,
rezando le pido a Dios,
que viva mil veces, viva,
¡Federico Rivelott!
Eres la voz del poeta,
con alma de ruiseñor,
es tu garganta un prodigio
¡Federico Rivelott!.
Tu voz, se quiebra en el viento,
como el pájaro cantor.
cuando tu canto es quejío
de pura modulación;
el verso se reconvierte,
cuando acaricia tu voz,
y entonces se abre tu pecho
¡ay,! como se abre la flor,
y los espacios vacíos,
tú los llenas de calor
deshojando las palabras,
como pétalos de amor.
Y el verbo, cobra su vida,
dentro de tu corazón,
como florece la espiga,
en los campos del Señor.
Y la parva, se hace grano,
y el grano se hace canción,
al ver a los jornaleros
tan calaitos de sudor,
al tajo de su sustento
sin importarles el sol,
que no hay trabajo penoso,
cuando recita tu voz.
Yunque, martillo y metal,
herramientas tuyas son.
que forjando vas los sueños
en los versos de pasión,
aquellos de tu recite
de la perfecta dicción,
aquella de voz profunda
que templa tu corazón.
De Jerez de la Frontera,
¡caballito bailaor!
que tu río Guadalete
de tronío te dotó.
Manuel Benítez Carrasco
tu bautismo y comunión,
la fe de tu credo y canto
como a Lola, Caracol.
Tu voz que nunca se apague,
rezando le pido a Dios,
que viva mil veces, viva,
¡Federico Rivelott!