Editorial Alaire

Desde la torre
reclaman al difunto
las dos campanas.

Van a la iglesia
con el olor a muerto
de cuerpo y alma.

Cruzan el pueblo
y por la puerta pasan
los elegidos.

Al cielo miran
los ojos desterrados
sin ver el cielo.

¿Será que finas
definitivamente
cuando te mueres?

¿Y la esperanza?
Si no se nos demuestra
para qué sirve.

Los que se han ido
nunca jamás volvieron
a hacer señales.

Los que quedamos
pensaremos que somos
muertos vivientes.

Y así la vida
se nos irá minando
de día en día.

Yo me conformo
con estar muy vivito
cuando me vaya.
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Buena lógica amigo Guillermo, totalmente de acuerdo. Un abrazo. Carmina.

Guillermo, cuanta razón llevas. Un gusto leerte.
Saludos.

Guillermo me has recordado al leerte un tiempo que me dediqué a escribir haykús, y me llevaba todo el día haciendo tales versos japoneses.

El tema que le has dado me gusta, así como su desarrollo.
Un placer pasar por tu versar.
Un abrazo.

La sorpresa en la paradoja de la vida y las inquietudes de la muerte.

Juan Marcos

Carmina Martínez escribió:Buena lógica amigo Guillermo, totalmente de acuerdo. Un abrazo. Carmina.

Gracias, Carmina, por tu amable paso por estos versos.

Un abrazo
Guillermo

Hermoso poema, amigo Guillermo, que nos lleva a la paradoja de la vida, por medio de una gran musicalidad en las propuestas.
Ha sido un placer leerte. Felicidades.
Un cordial abrazo.

Creo que podría leerse de las dos maneras, como un solo poema y como un conjunto de senryus. Ha sido de lo mas interesante la lectura. Un abrazo.

Gustavo Ledesma escribió:Guillermo, cuanta razón llevas. Un gusto leerte.
Saludos.

Gracias, Gustavo. Una agradable visita.
abrazo

Guillermo
Un

Y yo también estoy con la última estrofa. Un poema musical y hermoso que me gustó leer
Abrazos
Pilar

Me ha encantado el poema, Guillermo, un ritmo fenomenal, hondura en los versos y esa ironía con la que se debe mirar a la muerte, que ya es demasiado seria sin necesidad de que nosotros colaboremos en dramatizarla.

Por cierto, me has recordado una cosa que decía mi padre a menudo, y era que cuando muriera quería hacerlo enfermo, porque morirse sano tenía que ser muy fastidioso.
En fin, un poema que he disfrutado.

Un abrazo.

Quinteño de Greda escribió:Guillermo me has recordado al leerte un tiempo que me dediqué a escribir haykús, y me llevaba todo el día haciendo tales versos japoneses.

El tema que le has dado me gusta, así como su desarrollo.
Un placer pasar por tu versar.
Un abrazo.

Gracias Quinteño, por tu paso amable y grato comentario.

Un abrazo

Guillermo

Qué bien lo dices, con estilo y concierto. Bravo poeta.
Un abrazo grande para ti

Juan Marcos escribió:La sorpresa en la paradoja de la vida y las inquietudes de la muerte.

Juan Marcos

ç
Gracias, Juan marcos, por la amabilidad de tu paso.

Un abrazo

Guillermo

[quote="Guillermo Cuesta"]


Pues vaya tema, Guillermo, que a casi todos nos da yuyu pensar en ello pero lo has traído con gran belleza y ese punto de ironía necesario para quitarle seriedad.
A mi también me ha recordado la métrica de los haikus, pero en los Senryus, cada Haiku se llama Mora y esta compuesto de 17.
Por cierto, no he contado las del tuyo
Un placer leerte y aprender cosas nuevas.
Abrazos.