Editorial Alaire

Hoy traigo la palabra entre los dientes,
como faca afilada que a través del miedo se perfila
y va mostrándose desnuda en mi garganta.
Vengo con este resumen de exilio y muerte
ocupando las arterias del silencio
y presiento que sobre la piel del dolor
todas las amapolas de mis huellas sangran.

Hay un lupanar de crisantemos en la carne,
donde impúdicas las putas con los sueños se amanceban
y los borrachos en la entrepierna de la luna se beben
esa pasión de luz que por tanta fiebre se derrama.
Una abstinencia de siglos por mi sexo transita
para que en el útero infecundo del futuro
se engendren los hijos bastardos que parirá el olvido.

Regreso convertido en taciturno viajero del pasado
que a una balsa de nostalgia se aferra
para que la vida estrene cada día un pulso nuevo,
y saciado de soledad voy del vacío hasta la nada.
Por detrás de mi inocencia preludia este amanecer
que, en el calor ausente de unos senos, despierta
ese temblor añejo que a mi lumbre adolescente aviva.

Bellos versos cargado de dolor, ausencias y nostalgias, soledades. Hacía tiempo que no te leía, Rafael, y hoy he retomado el placer de hacerlo. Abrazo.s

Hermoso poema lleno de nostalgia donde el vacío y la nada bañan los versos. Me alegró leerte porque tienes versos preciosos
Abrazos
Pilar

Un lupanar de versos excelentes en los que se encierran el dolor, la soledad y el pulso
pero con la esperanza viva de un nuevo amanecer a la felicidad.

Un abrazo

Guillermo

Rafael Valdemar escribió:Hoy traigo la palabra entre los dientes,
como faca afilada que entre dudas se perfila
y va mostrándose desnuda en mi garganta.
Vengo con este resumen de exilio y muerte
ocupando las arterias del silencio
y presiento que a través de la piel del dolor
todas las amapolas de mis huellas sangran.

Hay un lupanar de crisantemos en la carne,
donde en rigor mortis las putas con el pecado se acuestan
y los borrachos entre los muslos de la luna se beben
esa pasión de luz que por tanta fiebre se derrama.
Una abstinencia de siglos por mi sexo transita
para que en la sementera infecunda del deseo
nazcan los hijos bastardos que parirá el olvido.

Regreso convertido en taciturno viajero del pasado
que a una balsa de nostalgia se aferra
para que la vida estrene cada día un pulso nuevo
y saciado de soledad voy del vacío hasta la nada.
Preludia detrás de mi inocencia este amancer
que, en el calor ausente de unos senos, despierta
ese temblor añejo que a mi lumbre adolescente aviva.

Como sal en la herida, duele tu poema
Muy bueno Rafael

abrazos

lázaro.

Gracias Roberto por pasarte por el poema y dejar tus palabras

saludos
rafael

Un torrente de ahítos llevan tus versos Rafael, algunos me parecieron extraordinarios.
Un placer recorrerlos.
Saludos muy cordiales.

Un gran poema, Rafael. Destila desesperanza tu poema, pero esa emoción destila de un modo Maestro.

Enhorabuena
Abrazos
Ana

Encantado de poder volver a leerte, Rafael. Las vueltas, reales o imaginadas, son una ocasión para el conocimiento, al estilo de Ulises. No todo está bien; tampoco todo está mal. Todo es distinto porque somos distintos.
Salud.

Pilar gracias por pasarte por el poema y dejar tus palabras

saludos

rafael

Un poema de entrega sin condiciones, claro, rotundo y maldito.

Un abrazo, amigo Rafael.Una alegría volver a tenerte por aqui.

Hermoso poema, amigo Rafael, donde consigues momentos muy afortunados dentro de un todo reseñable. Técnicamente, el trabajo me parece bien desarrollado y resuelto.
Ausencias, son las ausencias que nos resquebrajan el ansia.
Ha sido un placer leerte. Felicidadespor el poema.
Un cordial abrazo.

Pd. En la última palabra del antepenúltimo verso, falta una "e".

Unos versos fuertes y descarnados que conforman un poema más que destacable. Un placer la lectura. Abrazos.

Pilar gracias por pasarte por el poema y dejar tus palabras

saludos

rafael

Hola Rafael
Me quedo con ese sentimiento contradictorio que acaparamos aquellos que violamos las palabras a golpe de poema. Somos adolescentes de edad avanzada, insaciables viajeros de ilusiones, amantes que no aceptan el devenir de los años porque aún sentimos palpitar el alma en cada mirada.
No hay vacío que no llene una mirada dulcísima, poeta. Y de esas el mundo anda rebosante. Magnífico poema. Como siempre lo disfruté sílaba a sílaba.